MITOLOGIA GERMANA II
Hoy os presento la segunda parte del artículo que en un principio formaba un todo en la revista Imaginarios. Es en realidad un índice, una especie de resumen de lo que va a venir después, ampliado y corregido, para dar forma a lo que me gustaría que fuese una obra de consulta ligera y amena, pero completa, sobre mitología. La he creado para todos aquellos que se sienten atraídos, no solo por las antiguas creencias de pueblos ya desaparecidos, sino para todos los amantes de un reino mucho más amplio, el mundo de la FANTASÍA. Y lo pongo así con mayúsculas, porque es el tratamiento que se merece en mi opinión y en mi corazón.
Poco a poco, porque ahora tengo muy poco tiempo, y voy un poco agobiada, iré colocando a vuestra disposición todos los textos que van a dar forma, van a vestir el esqueleto de este pequeño guión.
La idea es escribir un artículo, que tendrá la extensión que requiera, por cada uno de los dioses, contando sus andanzas, y también a todos aquellos aspectos que nos despierten al curiosidad sobre estas historias maravillosas.
Continuando con la estructura del artículo original, hoy revisaremos por encima el fresno Ygdrassil y la creación de los dioses y las otras razas.
Del fresno Ygdrassil
En el mismo campo de Idi, centro de toda la tierra y del corazón de Ymir, surge el fresno Ygdrassil, simbolizando y al mismo tiempo constituyendo el universo. Su cima toca el cielo y sus ramas abarcan los nueve mundos. Tiene tres raíces, y cada una se hunde en una fuente situada en un país:
La primera en Asgaard, morada de los dioses. Otra en el país de los gigantes de la escarcha, el Jotunheim. La tercera está en el Niflheim, el país de la niebla, donde habita Nigdhog, y donde se halla el Helheim, la zona más oscura y tenebrosa, donde la diosa Hela reina sobre los muertos.
Estas tres raíces circundadas por una serpiente es lo que nos encontramos representado en el Trisquel, tomado muchas veces por celta, pero de un origen claramente germano.
Desde el momento en que el fresno brota, un águila devora su follaje, su tronco se pudre, y la serpiente Niddhog le roe las raíces. Un día caerá y vendrá el Ragnarok, el fin de los dioses. En el fresno viven diversos animales cada uno de ellos con su función específica. Y es en ese árbol mágico donde Odín se suspende cabeza abajo para conseguir las runas, la escritura mágica. Este alfabeto no solo permite al hombre comunicarse por escrito, si no que es el lenguaje que utiliza el wiccen (el practicante de la magia Galdor, sacerdote de Odín) para comunicarse con los espíritus y dar a conocer sus recomendaciones.