domingo, 10 de noviembre de 2013

HADAS QUE MUERDEN, de Ana Martinez Castillo


Hace algún tiempo, unos dos años, una chica a la que no casi conocía me pidió en un foro si podía leer una historia que había escrito y darle mi opinión. Se trataba de un cuento, para público infantil, pero tenía miedo de que fuera muy oscuro, muy tétrico para niños.
Yo tengo dos hijos, pero reconozco que no están en lo alto de la campana de Gauss en lo que a normalidad se refiere, ya que el teleñeco favorito de uno de ellos era el Conde Vampiro y el del otro, Animal. Fanáticos de El Pequeño Vampiro, todo lo que fuera tétrico y oscuro les fascinaba desde pequeños. Yo creo que los niños sienten atracción por el mundo mágico y los seres oscuros les encantan. Somos nosotros los que les metemos miedos, pero eso forma parte de teorías psicológicas en las que no me voy a meter. Ellos ven como natural cosas que  a los adultos, ya condicionados, nos repelen. Como muestra, venga la anécdota que una amiga me contaba sobre cómo le había dictado su sobrino de tres años la carta a los Reyes Magos:
«—Quiero un tiburón grande con dientez muy grandez. Y un dinozaurio con dientez muy grandes. Y un león con dientez muy grandez. Y un bebé.
»—¿Para que quieres el bebé, Daniel?
»—Para que ze lo coman, tía, para que ze lo coman.»
Viendo ejemplos de cómo reaccionan ante lo oscuro y cómo esto les atrae, no creo que haya cuento tétrico que, bien contado, no les entusiasme. Le conté lo que pensaba, pero la escritora seguía teniendo serias dudas sobre si su historia funcionaría.
Se daba la circunstancia de que mi hermana es profesora de primaria, y me ofrecí a que lo leyera y se lo enseñara a sus compañeros de trabajo, para recabar su opinión. Ana me lo envió, yo lo leí, lo disfruté y se lo pasé a los maestros. Cuando volví a hablar con la autora, le dije que había habido unanimidad. El cuento era muy bueno. Muy tétrico, sí, pero enganchaba y emocionaba desde el primer momento, sin quedar ni edulcorado ni en exceso sangriento.
Ahora me entero de que por fin va a ver la luz y va a ser publicado. Me alegro mucho por la autora, y también por todos esos niños que podrán leerlo y añadirlo a su imaginario, a su vida. Sé que esas Hadas que muerden les acompañarán siempre. Espero que esto solo sea el principio para esta estupenda escritora y que nos regale muchas más joyas como esta.
Tras esta introducción, y aunque no sea algo que se suele hacer, voy a publicar su reseña. Quiero que la tenga ya antes de salir al mercado.

Hadas que muerden

Autora: Ana Martínez Castillo 
Ilustraciones: Tania Coello
ISBN: 9788494133251
112 páginas
Rústica con solapas
Colección Liliput nº1
Novela infantil fantástica
Precio: 8,95€

Sinopsis:
Imagina pedir un deseo y que este se cumpla. Imagina además que tu deseo invoca a un hada, y que ese hada no es ni remotamente como imaginabas. Porque existen hadas negras, de naturaleza oscura, que habitan los bosques, que se alimentan de arañas, y que siempre, siempre, tienen hambre. Piénsalo muy bien antes de invocar a un hada. Porque puede que acuda a tu llamada y no tenga intención de marcharse jamás.

Mi opinión:

Es un cuento sencillo, bien hilado, bien estructurado, muy bien desarrollado, que mantiene el interés de la historia. Esta no peca en absoluto ni de moralinas ni de ese tono de superioridad que muchas veces se ve en los textos escritos por adultos para niños, a los que los consideran tontos.
Lectura agradable para todos los públicos, sus personajes son vivos y reales, extraordinariamente creíbles, uno de los puntos fuertes del cuento. Está contado con una técnica muy buena, con un gran dominio del lenguaje, del vocabulario, de la gramática y la ortografía. Poca corrección fue necesaria en la primera lectura, por no decir ninguna. Respecto a su estilo, sencillo y directo, no cae en la parquedad ni en la pobreza, a pesar de ser muy adecuado a la edad a la que va dirigido. Consigue no caer en una técnica excesivamente simplona y rasa, está muy bien equilibrado.
Tienen una estructura muy bien organizada. Se ve que está bien planificado y bien elaborado en una línea temporal. El relato se desarrolla de una forma óptima,  con una estructura clásica —presentación, nudo, desenlace—, armoniosa y bien desarrollada. Su ritmo ágil y ligero engancha y hace que se lea en un momento. Y por supuesto nos deja con ganas de más, pues su verosimilitud es mucha, no hay detalles que chirríen, consigue meterte de lleno en la historia y suspender nuestra incredulidad completamente.
Es, en suma, un precioso cuento que hará las delicias, sobre todo, de las pequeñas lectoras. Más orientado a las niñas que a los niños, puesto que su protagonista es una niña, y les resulta más fácil identificarse con ella, es un libro perfecto para regalar. Y si la niña no es lectora, gracias a cuentos como este puede acabar siéndolo. Es de esos libros que despiertan la afición por la lectura.

Seguiremos pendientes de esta nueva escritora, Ana Martínez Castillo.   
En su blog La hermana cruel podéis encontrar el primer capítulo para leerlo y ver el desarrollo, paso a paso de la portada. Espero que lo disfrutéis. 

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