domingo, 15 de diciembre de 2019

¡¡HE GANADO!!

Pues sí, aunque a mí misma me parezca todavía mentira, he ganado el X Concurso Museo L'Iber de Relato Corto Histórico, con el relato titulado Tres libros.



Desde aquí quiero, en primer lugar, dar las gracias al Museo L'Iber, dirigido por Alejandro Noguera,  y a la Fundación Libertas, por organizarlo; a Empresas Gourmet por patrocinarlo, al guardián de las plicas, Josep Asensi, por hacer tan bien su trabajo; a los dos lectores criba, Eva Lucía Bayarri y Toni Zarza; y, cómo no, a los cinco miembros del jurado: Santiago Posteguillo, Juan Miguel Aguiler (fue el que más gustó a ambos), Alejandro Noguera, Antonio Penadés y Sebastián Roa. Ellos lo eligieron el mejor de 213 que se presentaron y de los 19 que pasaron a la final. 


En segundo lugar, felicitar, cómo no, a Raúl Borrás Sanleón, que quedó segundo, y a Fernando Ortega, que se llevó la mención especial. Ambos relatos fueron muy diferentes. El de Fernando, El enlace, de género epistolar, ambientado en Polonia durante la II Guerra Mundial y el de Raúl, El aquiles de Ruzafa, muy irónico, con mucha retranca, ambientado en la guerra Carlista. 






Y en tercer lugar quiero contaros cómo se gestó este relato. En junio de 2014, el grupo literario El cuaderno Rojo, en el que me encontraba por entonces, decidió publicar una antología de relatos basada en las cartas del Tarot: Del Loco al Mundo, cuentos del Tarot. Éramos 22 miembros y a cada uno nos tocó una carta por sorteo. La mía fue la Fuerza. Probé suerte con varios temas, pero no se me ocurría nada. Pero un día, en el autobús, no sé en qué estaba pensando pero de pronto fue como si oyese una vocecita que me decía la frase final del relato, y de ahí surgió toda la historia. 
No os voy a decir cuál era, tendréis que esperar a que se publique la antología para leerlo. Pero sí os voy a contar que narro cómo la sibila de Cumas le entregó los libros sibilinos a Tarquino el Soberbio, el último rey de Roma.

Lo que os puedo contar es que esbocé este relato, pero se quedaba corto para la extensión que se había fijado y no me terminaba de convencer el rellenarlo de paja, así que se quedó en un cajón. Escribí otro relato que es el que se publicó en la antología y que podéis leer aquí: La Fuerza. Era más largo y más apropiado para la temática, y creo que no me quedó tampoco mal.

Este se quedó olvidado durante años, hasta que un día lo recuperé en un disco duro perdido y decidí darle un repaso, y otro, y otro. De vez en cuando lo leía y lo retocaba. Lo pasé por lectores expertos y por críticos mordaces. He de reconocer que lleva mucho trabajo encima. También intenté documentarme para saber si en esa época se usaba pergamino o papiro, y como no conseguí averiguarlo, decidí simplemente usar la palabra «libro», aunque se me coló en algún momento la palabra «rollos». Lo que también se me coló, por no documentarme adecuadamente y dar por sentados ciertos conocimientos, fue el significado de «crátera», que yo tomé por una copa y se trata del recipiente en el que se mezclaba el vino con agua. Y algunas cosas más que los sabios del museo me corregirán antes de publicarlo. 

¿Porqué lo mandé al concurso? Ya el año pasado, Marina Lomar me insistió mucho para que lo hiciera, pero ni veía yo el relato bien para eso ni estaba yo de ánimos. Al final, este año, como siguió insistiendo, lo mandé, un poco para que se callara. 

Y mirad lo que ha pasado.

¿Como contaros lo que ha supuesto esto para mí? Me resulta muy difícil transmitir la emoción que sentí. Era algo que no esperaba en absoluto cuando lo mandé, y que todavía no acabo de creerme del todo. Si no fuera por las fotos que lo muestran pensaría que no es más que un sueño maravilloso. 

Esto significa mucho. Yo no me considero escritora, más que nada porque soy un tanto vaga y prefiero mil veces que me cuenten historias a contarlas yo. Puede que también sea porque me cuesta mucho inventarme historias. Quizá por eso, los tres relatos que he escrito están basados en leyendas o mitos grecorromanos. Tengo la historia ya hecha, solo tengo que contarla a mi manera, cuando me sale. Pero este premio me demuestra, a mí más que a nadie, que algo sé de cómo contar historias. 

Me alegro mucho de que la sibila me contara ese pequeño secreto y me hablara al oído para que le prestara mi voz. Apolo ha sido siempre mi dios griego favorito, y creo que el visitar el Onfalo en Delfos y beber el agua de la fuente Castalia, en el Parnaso, ha hecho que su hija Clío me mire con cierta benevolencia. 

La noche siguió siendo mágica. Fuimos a celebrarlo, cómo no, siendo mediterráneos, con una buena cena y una tertulia deliciosa con todos los que quisieron venir. 






jueves, 24 de octubre de 2019

LA ESPERADA LLUVIA, de Myriam Imedio. Novela ganadora del VI Premio Internacional de Narrativa Marta de Mont Marçal.



Sinopsis 
Un secreto milenario, una cuenta atrás y un cielo a punto de estallar.
Nadie escapará de la tormenta ni de la verdad.
Tres generaciones de mujeres unidas por el mismo nombre y un único destino.
Afganistán, Siglo VI d. C.
Un monje anciano recibe en su cueva a Xincheng, una joven bella y fuerte que ha llegado hasta él a través de la Ruta de la Seda. Es la primera kiu de veintiocho hombres y mujeres que seguirán lo que ella está a punto de iniciar.
En la actualidad
Lluvia se despierta sobresaltada. Su madre la obliga a levantarse a desayunar e ir a la casa de la playa. Las indicaciones son concisas: entrará y cerrará con llave. Se dirigirá a la biblioteca, buscará un ejemplar de El retrato de Dorian Grey y tirará de él: entonces se abrirá la puerta de una estancia secreta a la que entrará con un código. Una vez dentro, localizará la caja número dieciocho y posará la palma de su mano sobre ella.
Lo que hay en su interior es suyo.
Atónita y a regañadientes, Lluvia va hasta la playa y todo sucede como le había narrado su madre: en el interior de la casilla encuentra un manuscrito: La esperada Lluvia, que inmediatamente empieza a leer.
¿Estará preparada para descubrir la verdad?
La partida debe continuar.

Opinión:

Cuando uno tiene entre sus manos una novela ganadora de un premio de temática abierta, siempre se enfrenta a una incógnita respecto al género al que va a pertenecer la obra. Los seres humanos somos muy de clasificar las cosas para poder ordenarlas y así sentirnos seguros en el espacio que nos rodea. Por eso asignamos etiquetas a las obras literarias, porque los libreros necesitan colocar libros en las estanterías y encontrarlos con facilidad cuando los lectores les piden «algo de…» o «algo similar a…».
Personalmente, creo que es un error, y una obra puede pertenecer a muchos géneros diferentes sin que uno prevalezca sobre otro, y por eso, los lectores se pierden obras que podrían gustarles, y más si el autor lleva nombre de mujer y el personaje principal también.
En este caso, independientemente de quien lo haya escrito y lo protagonice, podemos decir que estamos ante una novela de aventuras.
Ojo, aventuras. Aventuras para todos los géneros y todas las edades al más puro estilo de las novelas que nos han hecho disfrutar, tanto de jóvenes como de mayores.
Es un texto que se lee rápido, bien estructurado, con un ritmo, en ocasiones trepidante, como corresponde, que hace que no queramos dejarlo y lo devoremos con facilidad, pero también degustándolo con placer.
Myriam Imedio, periodista de profesión y autora de otra novela, El Séptimo punto de Selleck, que editó en Amazon, escribe bien, con un estilo ágil, una prosa cuidada, un vocabulario muy rico que en algunos momentos se desliza de forma casi poética.
Sabe trazar unos personajes con fuerza, con personalidad, con realce suficiente como para que nos cautiven y deseemos saber qué les pasa, y cómo acaba su aventura, esa aventura que Myriam sabe contarnos sus peripecias y ha sido capaz de enlazarlas en una trama vertiginosa, complicada, tan bien urdida que no deja ningún cabo suelto.
O quizá sí y estamos al principio de una saga que narra más aventuras en torno a lo sucedido en aquel monasterio de Afganistán tantos siglos atrás.
Espero que sí, pues esta novela me ha dejado con ganas de más aventuras sobre este misterio y las cosas que envuelve.

Mención aparte, por supuesto, para Roca Editorial, que arriesga con estos premios y avanza como editorial independiente de calidad, tanto en sus ejemplares en tapa dura a precios muy accesibles, como este, como en los de tapa blanda, con una calidad de edición y corrección que ya querrían muchos sellos de los grandes grupos editoriales, tanto en forma como en contenido.


lunes, 19 de agosto de 2019

BRIAN ALDISS


Esta entrada la publiqué hace dos años en la web El vals de la araña. 
Sigo sintiendo lo mismo respecto a estas estupendas novelas y su autor. 

QUE LA TIERRA TE SEA LEVE, BRIAN ALDISS

El domingo me sorprendí al conocer la noticia de la muerte de Brian Aldiss. Sé que no debería hacerlo, pues era ya muy mayor (noventa y dos años y un día) y hace muchos años que lo conocí como lectora. Pero en realidad, más que sorprenderme, me ha dolido. Me duelen siempre las noticias de la muerte de escritores que me han llegado con sus textos, aunque sea ley de vida y tenga muy claro que nadie es eterno.

Brian Aldiss me marcó. Leí primero La nave estelar y me dejó con muchas ganas de más. Esa nave a la deriva, en la que la Historia ha desaparecido, en la que hay tribus de humanos en diferentes grados de civilización aislados entre ellos, me pareció fascinante en su momento. También es cierto que aún no había leído a Robert A. Heinlein y su planteamiento me pareció novedoso. Leí después otras obras suyas que no me acabaron de gustar, como Frankenstein desencadenado. Pero cuando decidí darle una oportunidad a Heliconia, allá por 1990 me reconcilié con él. Reconozco que no es una lectura fácil. Su estilo es denso, literario, un tanto barroco, bastante alejado de lo que suele ser habitual en el género. Sus personajes no tienen el protagonismo de otras novelas de la época, pues son meros utensilios para profundizar en lo que a él más le interesaba en ese momento: la creación de mundos y civilizaciones, la adaptabilidad del hombre en conjunto, como sociedad a un entorno que varía de forma paulatina y radical. Brian Aldiss escribe casi un tratado sobre la formación de las culturas y las sociedades en un mundo en el que las estaciones son muy largas (sí, en Heliconia duraban siglos mucho antes de que en Invernalia temiesen la llegada del invierno) y las civilizaciones nacen, crecen y mueren al compás de los cambios climáticos. Civilizaciones que tienen que adaptarse a la desaparición de elementos vitales y la aparición de otros nuevos. Plantas y animales cambian y el hombre el que debe adaptarse a todos esos cambios tan brutales. Como estudiosa de las religiones antiguas y su evolución, el concepto que utiliza de la Historia me interesó mucho, pues integra las religiones en sus civilizaciones de una forma muy lógica y dándoles una importancia clave, algo que también aparece en La nave estelar y con mucha más fuerza en Heliconia. Es curioso cómo, a pesar de que no sea un autor de personajes, pues estos quedan un poco desdibujados y un tanto planos, la forma que tiene de utilizarlos como vehículo conductor de la trama y la narración me resulta interesante. Personalmente creo que Aldiss le da al tema sociológico una mayor importancia que a la trama en sí. Y ya es difícil que un autor que hace eso consiga gustarme.

Pero yo me he lanzado a hablar de una de las trilogías que más se me han grabado en el recuerdo y apenas he hablado de él. Brian Aldiss, para quien no le suene de nada este señor, es un escritor inglés de Ci-Fi, perteneciente a la llamada «Nueva Ola». Condecorado en el ejército inglés, al que perteneció hasta el fin de la II Guerra Mundial, se hizo librero tras ella y comenzó a escribir. Fue ganador de premios como el Hugo, el Nebula, el John W. Campbell y el Pilgrim. No me extiendo en ello, pues en la Wikipedia y en muchos otros sitios encontraréis los detalles, y seguro que habrá muchos obituarios —eso espero, creo que lo merece—, todos mejores que este mío, que los recojan.
En los años sesenta, tras publicar en 1958 La nave estelar se gana el respeto del público con sus relatos y sus novelas, sobre todo en la época de colaboración con Ballard, tras la cual experimenta con nuevas formas de narración que no son muy bien recibidas por los lectores y que hacen que sus ventas bajen mucho, hasta que en los años ochenta publica su trilogía Heliconia, de la que he hablado antes.
¿Qué es lo que hace que este señor sea tan importante en la Ci-Fi? Pues son varias cosas. Seguro que cada autor de reseña o artículo comenta lo que más le interesa o lo que a sus ojos tiene más importancia, y eso es lo que yo voy a hacer. Al fin y al cabo, esto es solo un pequeño homenaje de una lectora a alguien que le ha hecho disfrutar mucho con sus novelas. Para mí su importancia reside en que publica Non Stop —traducida por Nebulae como La nave estelar en uno de los grandes destripes de la literatura— en 1958. Esta novela se podría considerar una precursora de esa «Nueva Ola» de la Ci-Fi que se desarrolló plenamente a finales de los sesenta y sobre todo en los setenta y de la que Aldiss fue uno de los grandes maestros y que alcanza una altura considerable con Heliconia. En este periodo nos encontramos obras más mentales e introspectivas, más enfocadas al hombre y a su psiquis, a su evolución como ser humano que a la aventura y la ciencia. La suya es una Ci-Fi más encaminada a la sociología como ciencia que a otras ciencias más exactas como pudiera ser la biología, la medicina, la farmacología o las ingenierías. Y eso me gusta. Ese concepto de nave generacional, que se da también en cierta forma en Heliconia, si consideramos como tal todo el planeta, nos muestra más que la evolución del sujeto, la de la sociedad en sí. En Heliconia aún se pone más de manifiesto con esa nave en órbita que registra y analiza la evolución de las distintas civilizaciones del planeta.
El tiempo pasa. El tiempo ha pasado desde que leí por última vez a Aldiss y en ese tiempo estoy asistiendo al ocaso de las generaciones de pioneros. Fueron grandes, se atrevieron a innovar, a buscar, más allá del espacio exterior, la última frontera. Fueron hasta el infinito y más allá y nos trajeron miles de historias que nos hicieron soñar.
Ahora se nos ha ido uno de los grandes. Gracias por todas tus historias, maestro.

Que la tierra te sea leve.

martes, 23 de julio de 2019

EL AMANTE GERMANO, de Pilar Pedraza




Portada de la novela, de Luis Pérez Ochando


El amante germano, de Pilar Pedraza, nos traslada a la antigua Roma para narrarnos las desventuras de Valeria, una joven romana de la alta sociedad que ha perdido a su prometido.
Desesperada por ello, hace un sacrificio Cárites infernales y, tras conseguir que Plutón se apiade de ella y permita el regreso del difunto para consumar el matrimonio, lo añora tanto después que recurre a Próxima Nigra, hechicera oscura, capaz de proporcionarle una réplica en cera casi exacta de su amante e insuflarle vida.

Novela perfecta para jóvenes y adultos, con una ironía muy inteligente y un estilo muy accesible. Tiene una alquimia especial con gran capacidad de seducción en la que mezcla fantasía, terror, romance, aventura y humor. Muy bien documentada, refleja de forma extraordinaria el ambiente de la Roma imperial, con un gran protagonismo de la mitología romana, por lo que se puede considerar una novela histórica, fantástica y mitológica. ¿Qué más podría pedir yo?

A pesar de que pueda parecer que es una novelita insulsa y poco atractiva por lo anterior, esta novela tiene muchas capas, muchas lecturas, y toca gran cantidad de temas de actualidad, desde la corrupción de la clase política, al deseo, el amor, los hijos consentidos que quieren tenerlo todo y tenerlo ya, el elitismo de las clases sociales más favorecidas...

Con un estilo muy ágil con una prosa muy culta, sabe escribir muy bien sin que resulte cargante, pesada o pedante; nada de eso. Te atrapa desde el primer momento, desde la primera frase y no te suelta en toda la novela. Su riqueza de vocabulario es tal que no necesita recurrir a notas al pie que te den explicaciones. Los nombres de las cosas y las situaciones que no son de uso cotidiano te las cuenta tan bien que no necesitas utilizar un diccionario, sino que por el contexto se entiende el significado cuando utiliza una palabra en latín porque el objeto ya no se utiliza hoy día.
Esto también se debe a su gran dominio de la Historia romana, que se deja ver en cada detalle. Sabe introducirte muy bien en ese momento histórico sin que se vea el andamiaje, sin tener que recurrir a parrafadas wikipédicas. Pilar no pretende enseñarte Historia con su novela, pretende distraerte y hacer que te lo pases bien. Pero a pesar de ello, nos sumerge totalmente en el periodo histórico y en la sociedad. Y lo hace de una forma magistral, sobre todo en esa domus que te parece conocer como tu propia casa gracias a sus descripciones, ligeras y casi sin que se noten.

También es muy interesante cómo trata a sus personajes. Con mujeres como protagonistas, Pilar Pedraza huye de presentismos en ese mundo femenino, tan lejano y a la vez tan cercano. Nos muestra con claridad el pensamiento, la vida y las costumbres de las mujeres de la época. Sin embargo, consigue que empatices con ellas, que las entiendas y compartas sus anhelos y decepciones, aunque te cuente esta tragicomedia con cierta distancia, de tal forma que te mantiene la sonrisa gracias a la gran ironía con la que está narrada.

No acabo la reseña sin añadir varias cosas: Aunque alguien pueda pensar por mis comentarios que es una novela escrita para el público juvenil y que no puede interesar a un lector adulto versado en la Historia, nada más lejos de la realidad. Es una novela muy madura como ejercicio de escritura, digna de ser leída por todo el mundo, y en especial por escritores. Pero tampoco estaría de más que muchos profesores de Lengua y Literatura, y de Historia, la leyeran y la recomendaran a sus alumnos de Bachillerato en lugar de novelas traducidas, a veces mal, que pueden estar muy de moda entre los adultos, pero que en lugar de atraer a los jóvenes a la lectura hacen que huyan de ella despavoridos. Esta novela es más que recomendable para iniciar en la lectura y para crear lectores habituales. No la perdáis de vista.

Además, recientemente ha ganado el premio Kelvin 505 a la mejor novela de fantasía escrita en español en 2018, premio que se entregó a la autora en el Festival Celsius, en Avilés, este fin de semana pasado.

Mi reseña es corta, como corta es la novela, pero muchas veces nos encontramos con que menos es más, y esta es una de ellas.

Espero que disfrutéis de la novela, si os animáis a leerla, tanto como la disfruté yo en su momento.



Pilar Pedraza recibe el Golem de Honor en Valencia, en el Golemfest 2018. A su lado, los organizadores: Juan Miguel Aguilera, José Luis Rodríguez y Susana Alfonso.



Nota sobre la autora: 

Pilar Pedraza nace en Toledo, pero se doctora en Historia en Valencia, donde reside. Profesora de Cine y Cine de Vanguardias en la universidad de esta ciudad, fue consellera de Cultura de la Generalitat Valenciana. Ha escrito numerosos ensayos, novelas y relatos en diferentes antologías y ha traducido dos obras.

Ha recibido numerosos galardones y premios tanto nacionales como extranjeros, tanto por sus novelas como por sus ensayos. Entre ellos tenemos el Premio de la Crítica Valenciana, otorgado por CLAVE,  el IGNOTUS  a mejor ensayo, el premio NOCTE, el SHERIDAN LE FANU, El GOLEM DE HONOR (momento que recoge la fotografía) y el KELVIN 505 a la mejor novela en castellano. 

Datos Técnicos:

  • Tapa dura: 256 páginas
  • Editor: Valdemar; 1ª edición el 1 de abril de 2018
  • Colección: El Club Diógenes
  • Idioma: Español
  • ISBN: 978-84-7702-881-9




viernes, 21 de junio de 2019

IX PREMIOS DE LITERATURA HISTÓRICA HISLIBRIS

 

Este fin de semana pasado, del 14 al 16 de junio de 2019, durante los X Encuentros de Literatura Histórica Hislibris, en  Madrid, cuya crónica encontráis aquí, se otorgaron los IX premios de Literatura Histórica, en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, como es habitual siempre que nos reunimos en la capi. Es un lugar especial, vetusto, con olor a libro viejo, a polvo de siglos, con ese encanto especial de las alfombras pisadas por grandes hombres cuyos retratros y bustos nos miran con benevolencia. Allí, previa a la entrega, se hizo la presentación de un libro estupendo, editado por Desperta Ferro: Historia del Arte en cómic, de Pedro Cifuentes, profesor de esa asignatura en secundaria y gran dibujante. 

Tras la presentación y una breve pausa, parte del jurado se reunió tras la mesa solemne, presidida por el busto de Antonio Machado, y se fueron otorgando los premios. 

Estas son las categorías y los finalistas:

Mejor novela histórica:
  • La cólera de Aníbal. Arturo Gonzalo Aizpiri. Ediciones Evohé.
  • De los antiguos usos. Adonis Sánchez. Autoedición.
  • El orden del día. Éric Vuillard. Tusquets.
  • La sinfonía del tiempo. Álvaro Arbina. Ediciones B.
Esta fue la ganadora, muy valorada por el jurado tanto por la historia que cuenta como por la forma de contarla. Esta segunda novela de este joven autor está escrita con una prosa sobresaliente y con un argumento que atrapa desde las primeras líneas. También el marco histórico que nos refleja, el Bilbao del siglo XIX la hacen, si cabe, aún más interesante.



Mejor ensayo histórico:
  • Mujeres y poder: un manifiesto de Mary Beard (Editorial Crítica)
  • Mujeres de Roma de Isabel Barceló (Editorial Sargantana)
  • Teenage. La invención de la juventud de Jon Savage (Desperta Ferro Ediciones)
  • Guerreros de Iberia. La guerra antigua en la península ibérica de Benjamín Collado Hinarejos (La esfera de los libros)
El ganador muestra un análisis profundo de como se gesta esa idea de la juventud en ese periodo histórico,como etapa de la vida de una persona con unas características y unas exigencias propias  que le conducen muchas veces por caminos no deseados influidos por la dinámica social.  Fueron sus editores los que vinieron a recoger el premio, muy merecido, pues ha sido una apuesta valiente que les está reportando grandes alegrías.



Mejor autor español:
  • Arturo Gonzalo Aizpiri por La cólera de Aníbal (Ediciones Evohé)
  • Olalla García por El taller de los libros prohibidos (Ediciones B)
  • Eduardo Mendoza por El rey recibe (Seix Barral)
  • Carlos Bassas por El samurái errante (Quaterni)
Arturo se llevó el premio al mejor autor. Y muy merecido. Es impresionante ver cómo ha crecido como escritor a lo largo de su trilogía. Su prosa es firme, resuelta y a la vez muy cuidada y muy elegante. Muestra un gran vocabulario, un sabio dominio del ritmo y de la estructura y un gran perfil de los personajes. 
Personalmente me produce una gran satisfacción este premio, al ser una de las primeras personas que leyó sus dos últimos manuscritos, y acompañarlo en estos momentos fue un enorme placer. 
Felicidades, Arturo. Un premio más que merecido. 



Mejor autor novel:

  • Krake (Adonis Sánchez Bonilla) por De los antiguos usos (autoedición)
  • Javier Lacomba por El cuarto disparo (Ediciones Babylon)
  • José María Espinar por El secreto de Wafdi-as (Arzalia Ediciones) de los libros)
  • Javier Rubio Donzé (Academia Play) por La Historia como nunca te la habían contado (La esfera de los libros)
 No es la primera vez que se da un premio a un autor autoeditado, lo que nos muestra que si un autor tiene una buena historia que contar, escribe bien, y luego sabe editarla de forma profesional puede competir limpiamente en igualdad de condiciones. Y muchas veces, como ha sido este caso, superar a sus rivales. Esta novela es una tremenda historia de venganza, de la lucha por la dignidad de una mujer, uno de los personajes femeninos más fuertes y potentes que he leído jamás, y que va a ser difícil que se borre de mi mente, por muchos años que pasen y muchos libros que lea.
También me cabe la enorme satisfacción de haber sido uno de los primeros lectores del manuscrito, y siempre he apostado por él. Enorme satisfacción y enorme seguridad en que esto es solo el principio.
Felicidades, Krake. Es un premio más que merecido.

Mejor cómic histórico:

  • El fotógrafo de Mauthausen de Salva Rubio, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa (Norma Editorial)
  • El tesoro del cisne negro de Guillermo Corral y Paco Roca (Astiberri Ediciones)
  • Vida y muerte de Federico García Lorca de Ian Gibson y Enrique Palomo (Ediciones B)
  • Decio de Giorgio Albertini y Giampiero Casertano (PonentMon)
Este cómic ganó por unanimidad tanto por su narrativa como por su dibujo, sencillo directo y muy potente. Así mismo, el apéndice histórico con fotografías reales es un documento importante para su valoración. 

Mejor cubierta:

  • La cólera de Aníbal de Arturo Gonzalo Aizpiri (Ediciones Evohé)
  • De los antiguos usos de Krake (Adonis Sánchez Bonilla) (autoedición)
  • El oro del mar de Daniel Wolf (Grijalbo)
  • El taxidermista de Juan Manuel Sainz Peña (Editorial Anantes)
    Esta cubierta fue la seleccionada por el jurado tanto por su composición como por su originalidad y las texturas que le da al fondo. Esa calavera rota, los naipes y la mancha de sangre fundiéndose con la sombra, junto al fondo de tonos grises nos llamó mucho la atención tanto por su sencillez como por la forma que refleja el contenido.
Tras estos premios se entregaron dos de tipo honorífico que se deciden entre el jurado:

Mejor labor editorial:

Recayó sobre Alianza Editorial por su trayectoria de años en la publicación de libros históricos y, en especial, por su muy cuidada colección de bolsillo y la publicación de grandes autores clásicos.








Para finalizar se entregó un clásico de estos premios:
Premio Hislibreño Honorífico:
Este premio se otorga a aquellas personas que destacan tanto en su trabajo en Hislibris apoyando al foro y a la web. Aunque no sean hislibreños de nombre, o lo sean y no asomen mucho por el foro, lo son de corazón, pues trabajan fuera de este también por y para la Literatura Hstórica y la Historia, su calidad y su difusión.
Este año recayó sobre Javier Veramendi B, editor de la sección de Historia Contemporánea de Desperta Ferro Ediciones, premio más que merecido.



Al final, nos hicimos la foto de honor, los premiados delante (algunos) y los jurados detrás (también algunos). Ojalá llegue el día en el que todos los premiados puedan estar presentes para recoger ese premio simbólico, pero que lleva todo el cariño, la admiración y el respeto de los lectores que formamos el foro de Literatura Histórica Hislibris.



 Ayer comentamos los premios en Pegando la Hebra, programa de radio en el que participo.
Aquí tenéis el podcast por si alguno quiere oir lo que hablamos sobre estos premios e Hislibris.




PD: ME hizo una ilusión enorme desvirtuar a Krake, mejor autor novel, tras varios años de correos, conversaciones por Mesenger y contactos por otras redes sociales. Esta foto no podía faltar.