Título:
Reyes de Aire y Agua
Autor:
Jesús Fernández Lozano
Editorial:
Cápside
ISBN:
9788494060632
Páginas:
248
Ilustración
de portada: Olga Esther.
Sinopsis:
Todas
las historias tienen algo de verdad y de mentira, pues son tan ciertas o tan
falsas como el hombre que las cuenta. Prestadme oídos en esta ocasión, pues mi
abuelo me contó esta historia, y de todas las cosas buenas o malas que hizo, en
esta vida, jamás mentira alguna salió de sus labios en las muchas ocasiones en
las que habló conmigo. Así como él me la contó, yo os la cuento, honradas
gentes, para que andéis precavidas en el comercio con las hadas y aprendáis que
sólo dificultades pueden esperar los que se cruzan con tan extraño pueblo.
Opinión
personal:
Lo
primero que me llamó la atención de este libro fue su portada. Magnífica para
mi gusto, evocadora y a la vez intensa. En primer plano, una niña, en escorzo, nos invitara a seguirla, a adentrarnos en el libro. Al fondo de
la imagen, un bosque gris y brumoso que se adivina en la lejanía. A su lado, un
rey sapo, enorme y coronado, la observa con sus ojos saltones, hierático.
Destacan dos colores con fuerza: el rojo de los labios infantiles, a juego con
el jubón sin mangas que lleva la niña sobre un tutú blanco, y el negro de unas alas de cuervo que
brotan en su espalda. Negra es
también máscara en forma de pico de esa ave que le cubre parcialmente la cara.
En la contraportada, un gato negro, acompañado de luciérnagas, también parece
conducirnos tras un árbol, al fondo del bosque.
Ambos,
la niña de la portada y el gato, nos invitan a acompañarlos, a adentrarnos en
la espesura del mundo feérico.
Y
eso hacemos.
De
la mano de un precioso poema, nos introducimos en un libro de cuentos de hadas, al más puro estilo
de las narraciones antiguas, esas
que nos contaban las abuelas a
la luz de la chimenea, como se han de
contar los historias de
hadas. Historias que no deberían
pasar de moda, que siempre tendrían que
acompañar a los niños, cuando se duermen con el corazón trémulo de deseo
de aventuras y de temor a las mismas al
mismo tiempo. Adentrarse en el mundo de las hadas, como bien se dice en
el libro, es a la vez maravilloso y peligroso, pues seres extraños lo pueblan y
nunca sabes de qué humor vas a hallarlos.
Cinco
preciosos cuentos
entrelazados nos conducen por un mundo fantástico al más puro estilo clásico,
con animales que hablan, magos malvados y bondadosos, hadas que conceden
deseos, enanos avarientos, castillos mágicos, princesas encantadas y trovadores enamorados. Y enmarcándolos, al principio y al final, dos bellísimos
poemas, dos hermosas canciones que se clavan en el alma como el junco en el estanque, y ahí
permanecen, para siempre, en el corazón de quien los lee.
Los
distintos argumentos tienen un sabor añejo, familiar, como si fuera un cuento mil veces contado que, a la
vez, es nuevo, nunca oído. Ese es uno de los factores en los que radica la
maravilla de este pequeño volumen. Sus historias, tiernas, emotivas, capaces de
sacarnos una sonrisa y una lágrima, nos dejan el regusto amargo que narraciones
eternas. Ahondando en las más profundas raíces europeas, nos cautivan con
rapidez, y sus escasas 240
páginas se nos hacen aún más escasas,
saben a poco, a muy poco, y nos dejan con ganas de más,
tanto por las historias como por los temas que tratan.
No
son cuentos
con moraleja al estilo de las fábulas, ni aleccionadores como los
más clásicos, pero sí que consiguen hacernos pensar. Sobre el destino, sobre
nuestra función en el tejido de
la vida, sobre cómo nuestros actos repercuten en los demás y cómo los de los demás lo hacen en nosotros. Sobre la honestidad y el amor. Y en todos ellos encontramos trampas,
guiños y, al final, como tema principal, la amistad entre todo tipo de seres.
Los
distintos personajes que pueblan este libro, están vivos, muy vivos, y
son tan reales, a pesar de ser gatos fantasmas, grillos que hablan cantando,
fuegos fatuos, hadas verdes o hermosas carpas doradas, que en ningún momento
dudamos ni de su existencia ni de su personalidad. Jesús sabe muy bien dar
volumen con cuatro pinceladas a los habitantes de su mundo con tal fuerza, que
se comparten con ellos penas y alegrías, emociones y esperanzas.
Lo
consigue gracias a un estilo barroco pero, a pesar de ello, elegante, sin caer
en la sobreadjetivación abusiva que encontramos cuando el vocabulario es escaso
y abundan los lugares comunes. El autor huye de ello y, sin embargo, su prosa
rica y trabajada nos deja ese sabor de las narraciones antiguas, de los cuentos
con olor a chimenea y al moho de los libros viejos. Ese lenguaje tan bien
dominado nos arrastra con rapidez por ese agujero profundo hasta el país de las
maravillas, donde todo es creíble y armónico, pues los cuentos, a pesar de ser
de diferente longitud, mantienen una estructura coherente y un ritmo pausado,
sin ser lento, que nos va a permitir paladear la prosa exquisita y el estilo
impecable.
Jesús
consigue lo que se propone,
contarnos cuentos de hadas, y no solo lo consigue sino que lo hace muy bien. Es un libro mágico para que nuestros hijos se queden
prendados de ese mundo fantástico de las hadas, pues es digno, por su
musicalidad, de ser leído en voz alta. También para que nosotros, más adultos,
nos sumerjamos con deleite entre la bruma del mundo arcano.
Respecto a la parte técnica, cabe destacar, aunque no debería ser lo excepcional, sino lo habitual, la ausencia casi total de fallos y erratas que hablan de una cuidadosa edición. Solo dos letras bailadas que son de muy difícil detección y que considero erratas sin importancia.
Respecto a la parte técnica, cabe destacar, aunque no debería ser lo excepcional, sino lo habitual, la ausencia casi total de fallos y erratas que hablan de una cuidadosa edición. Solo dos letras bailadas que son de muy difícil detección y que considero erratas sin importancia.
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