1. Datos técnicos
• Título: Robin Hood, el Proscrito
• Autor: Angus Donald
• Nº de páginas: 448 págs.
• Encuadernación: Tapa dura
• Editoral: EDHASA
• Lengua: CASTELLANO
• ISBN: 9788435062008
2.
Sinopsis
Alan Dale, el joven protagonista
de esta novela, se ve abocado a un futuro incierto cuando es descubierto
robando y, atemorizado, sus pasos le llevan al bosque de Sherwood, donde entra
en contacto con una banda de forajidos cuyo cabecilla, Robin Hood, impone su
propia ley: roba a los ricos y a la Iglesia y protege a los pobres; sin
embargo, su protección tiene un precio. Un precio que no se paga con dinero,
sino con sangre. Los delatores son mutilados, los traidores, asesinados. Nadie
escapa a la justicia del temido Robin Hood. Con un más que notable pulso
narrativo, Angus Donald irrumpe en el género de la novela histórica con una
versión realmente nueva de la figura legendaria de Robin Hood. Duro e
implacable, salvaje y vengativo, es muy probable que el suyo sea un personaje
mucho más cercano al hombre verdadero que el edulcorado mito tradicional.
3.
Mi opinión.
Novela histórica ambientada en la
Inglaterra del siglo XII, comienza bajo el reinado de Enrique II y nos narra
las aventuras de Robin Hood a través de los ojos de Alan Dale, su compañero
juglar. Angus Donald intenta transmitirnos una visión del famoso proscrito
inglés, más cercana a lo que pudo ser que a las visiones románticas edulcoradas
por el cine, que han grabado en nuestras mentes la idea del proscrito caballero
que socorre a los pobres y roba a los ricos. Y lo consigue. Su novela es cruda,
sórdida a veces, muy realista y muy bien ambientada en una época en la que la
vida era dura y la muerte fácil. Es una novela alejada de romanticismos,
escueta y directa, que he leído con agrado y he disfrutado bastante.
Muy correcta en el desarrollo de
la trama, sin gazapos argumentales, bien documentada y bien ambientada, muestra
una estructura tan sólida como coherente. El autor nos sitúa la novela en su
marco histórico adecuado, con las intrigas cortesanas imperantes en la obra. Mostrándonos
personajes como Leonor de Aquitania y su corte, nos traslada con habilidad a la
época. Solo un pequeño error, atribuible más al traductor que al autor, según
tengo entendido, me ha llamado la atención: la comparación que se hace del pelo
de Marian con el maíz, y el uso de este vegetal en otro momento de la novela.
Es sin duda una buena novela de
aventuras históricas, con personajes definidos, descritos adecuadamente, con pocas
y precisas pinceladas que no abundan en el detalle. A pesar de ello, la novela posee un defecto,
muy habitual en el género histórico: el autor suele usar a los personajes como
medio de contar un fragmento de la Historia; no nos cuenta la historia de Alan,
joven campesino hijo de un músico francés, sino que se vale de ella para
contarnos la historia de Robin, proscrito inglés. Esto suele ser causa de que
me cueste empatizar con ellos, ya que así la personalidad de los personajes
queda un poco diluida. Esto no es algo que merme ni su interés ni su calidad,
solo es un punto al que yo le concedo mucha importancia y que pocas novelas hoy
día alcanzan a satisfacer.
Los personajes son creíbles, eso
sí, sus hechos y sus palabras son consecuentes con lo que el narrador nos
cuenta sobre ellos, con su sexo, su edad, con la época en que viven y con la
clase social a la que pertenecen. Son personajes de su época en los que no
chirrían ni expresiones ni comportamientos actuales. En el caso de Marian,
personaje femenino atípico en la leyenda que se nos ha transmitido, sabe jugar
con esa faceta de mujer de la corte enamorada del proscrito con habilidad, sin
caer en pensamientos modernos que nos saquen de la historia ni en romanticismos
trasnochados.
Quizá el menos definido, y el más
importante, sea el mismo Robin que da nombre a la saga, pero esto es debido a
que, aunque se trata de la figura central en torno a la que gira toda la historia,
no siempre está presente; ni siquiera tiene punto de vista, al estar narrada en
primera persona por el joven juglar.
Respecto a la estructura, esta
novela está muy bien cimentada. Se nota que hay una importante planificación
detrás que hace que tenga bases bien asentados en torno a las que se va
consolidando de una forma muy profesional. Los capítulos se desarrollan de
forma muy acorde con la narración, creando una linealidad temporal que da continuidad
a la historia.
Respecto a la coherencia, he de
señalar que, salvo la anecdótica mención del maíz, en el resto de la novela no cabe mencionar nada reseñable. Los
personajes son coherentes consigo mismo, sus hechos con sus palabras y con la
época y las circunstancias en las que se mueven, dando a toda la novela una
alta credibilidad que nos sumerge con facilidad en el ambiente.
El argumento, lleno de vivencias
y aventuras, mantiene la tensión de la obra de una forma continua y hace que la
acción fluya hacia adelante y nos arrastre en la lectura.
La narración en primera persona
por el joven Alan hace que el resto de los personajes se diluyan un tanto, con
lo que se pierde un punto importante de empatía. Si el autor quería de esta
manera acercarnos a la novela y atraernos, no lo ha conseguido, pues el joven
Alan queda un poco plano, y ahí se pierde la capacidad de enganchar al lector
que tan importante es en la literatura. Puede que este sea el mayor defecto de
una novela que en su factura técnica se puede decir que queda redonda, ya que, más que acercarnos a la novela, nos aleja
como lectores.
Como resumen valga resaltar en
positivo la ambientación, la solidez y la nueva visión de la leyenda bajo un
prisma realista y duro. También deberíamos valorar en alza la prosa directa y
elegante, y el estilo directo y culto que utiliza, al carecer de
sobreadjetivaciones, y sin caer en un registro vulgar. Novela histórica sólida,
de agradable lectura y suficiente calidad como para recomendarla a quien no
esté muy harto de nuevas revisiones de un mito demasiado sobado.
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