Datos técnicos
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Título: El camino de hierro
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Autor: Juan González Solano
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Nº de Páginas: 384
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Género: Novela histórica
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Idioma original: Castellano
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Publicación: 09/04/2014
Sinopsis
José es un hombre arriesgado en los negocios y en los
sentimientos, pero mucho más afortunado en lo primero que en lo segundo.
Después de haber perdido a su gran amor, Mariana Pineda, Salamanca se mueve
entre la familia y su intensa vida galante, al tiempo que pone en marcha su
gran empresa: la construcción de las principales líneas de ferrocarril de
España, en especial la de Madrid a Aranjuez, que harán posible la modernización
industrial y que, poco después, él mismo tendrá que usar para huir tras la
revolución de Vicálvaro contra Isabel II. Su astucia y su voluntad lo llevarán
a triunfar en Europa y América, a ser nombrado marqués de Salamanca y conde de
los Llanos y a disfrutar de una vida de esplendor. Sin embargo, años después,
tanto la inestabilidad política como la crisis económica que asoló España harán
que su suerte cambie drásticamente, a pesar de lo cual no renunciará a su
último gran sueño, dando su vida y su fortuna por su causa: la construcción del
barrio de Salamanca, en el corazón de Madrid.
El camino de hierro es la historia del marqués de
Salamanca, pero también un relato sobre la profunda transformación de España y
Europa a mediados del siglo XIX, así como una crónica sobre la construcción del
Madrid moderno y un ejemplo de la feroz lucha de un hombre por sus ideales.
Opinión personal
Estamos ante una novela biográfica o, como se quiera llamar
—que tanto monta, monta tanto—, una biografía novelada de la vida del
inteligente y visionario Marqués de Salamanca. No soy muy amiga de crónicas
noveladas ni de novelas que tienen más de crónica que de novela, pero he de
decir que esta me ha gustado, y mucho.
Esta obra nos cuenta la azarosa vida de un hombre, hijo de
un comerciante que a base de visión comercial, inteligencia y osadía, alcanza
gran riqueza, el título de marqués y el de Grande de España. El argumento está
bien hilado, bien desarrollado, sin gazapos, centrado exclusivamente en el
marqués, en contarnos su vida, obra y milagros, pero también, a través de
ellos, nos desgrana con habilidad la truculenta vida de la villa y corte de los
años centrales de ese siglo tan complicado que fue el XIX, tanto a nivel
político, social y económico. La trama se centra en el personaje, es cierto,
pero a través de él tenemos una amplia visión de la mezquindad, la ineptitud,
la envidia, el oportunismo y todas aquellas cualidades que podemos encontrar en
las clases altas de la época. Quizá su visión sea muy ingenua con respecto al
protagonista, pero esa ingenuidad es también la que le da cierta frescura y
ligereza que se agradece mucho, cuando piensas que de aquellos polvos vienen
muchos, quizá demasiados, de los lodos que padecemos hoy día.
Pero no es eso en lo que voy a incidir, las cuestiones
históricas se las dejo a los historiadores, que verán mejor que yo si refleja
con acierto o no los hechos históricos. Yo me suelo centrar en la valoración
literaria de la obra, pues creo que, aparte de ser histórica, toda novela es
una obra literaria y esto es lo que debe primar ante todo.
Yo me defino, sobre todo, como lectora de personajes y
cuando leo por placer, como es el caso, estos son los que suelen determinar mi
opinión de la novela.
En este aspecto, el autor, como ya he comentado, se centra
en la vida del marqués, al que trata con una cierta benevolencia, y
neutralidad, lo que hace que quede un tanto desdibujado. Notamos que vemos lo
que el autor quiere que veamos de su personaje. Pero a pesar de ello, tiene una
habilidad especial para presentárnoslo como un hombre de su siglo y, actitudes
que hoy en día no serían aceptables, sabe hacer que las veamos como algo
natural e incluso bien visto, como lo era en la época que le tocó vivir al
marqués. Es muy coherente y sabe hacer que las actitudes y las conversaciones
sean creíbles, y a pesar de presentarnos los rasgos más superficiales, sabe
hacérnoslo ver siempre como una persona de carne y hueso, alguien real que vivó
esas situaciones.
El autor sabe tratar bien a los personajes, aunque ninguno
nos enamore, ninguno nos seduzca o nos repela, todos parecen tener la misma
pátina que la fotografía que con gran acierto aparece en la portada, pero a
pesar de ello, a pesar de ese distanciamiento que le da el toque de crónica,
Juan González sabe crearlos vivos y reales, únicos y con personalidad propia.
Por suerte, y ese es uno de los grandes aciertos de la novela, ha sabido huir
de los recortables, de las sombras chinescas utilizadas para contarnos un trozo
de historia —por desgracia algo muy habitual en este género—, para hacer que
sean personas de carne y hueso, aunque no las conozcamos en profundidad, las
que aparecen en la novela. Sin embargo, el personaje de María Buschental,
esposa de su amigo José de Buschental, es quizá el más vivo e impactante de la
obra y sabe seducirnos igual que al marqués.
Y ahí entra otro de los grandes
factores que tiene la novela a su favor: cómo nos está contando esta historia.
Vale que sea una crónica, una biografía novelada, que los personajes, salvo
excepciones, son tratados de forma superficial aunque tengan volumen; pero el
hecho de utilizar el narrador omnisciente, aunque focalizado en el marqués, le
da un punto de vista mucho más ágil que si hubiera tratado de contarnos las
memorias de su personaje. El autor utiliza una prosa elegante, culta y sobre
todo muy amena, con un estilo ágil y directo que facilita la lectura y engancha
con facilidad. Es una novela agradable de leer, muy bien escrita, y nos sumerge
con rapidez en el ambiente, dejando que nos deslicemos por sus páginas con la
cadencia de un vals, música que sin duda sonaba en cualquiera de los muchos
bailes y fiestas de la alta sociedad madrileña que se nos describen, sin mucho
detalle, cierto, pues no es novela dada a descripciones extensas, ni de gentes
ni de lugares, solo lo imprescindible para situar al lector. A pesar de ello,
el ambiente se respira, nos envuelve y acoge como el perfume de la primavera.
Sin embargo, la estructura no es
uno de sus puntos fuertes pues a veces acelera demasiado y omite situaciones y
partes de la vida del marqués, sobre las que pasa de corrido y un tanto de
puntillas, para recrearse con excesivo detenimiento en otras, creando unas
pérdidas de tensión que hacen que el ritmo se vuelva irregular y se entorpezca
en algunos momentos. Una planificación más detallada o quizá no recortar
escenas para disminuir la longitud de la obra habrían unificado más la
narración.
A pesar de ello, estamos ante una
estupenda novela, interesante y amena, con unos diálogos muy buenos, ricos y
creíbles, con grandes dosis de ironía, en absoluto forzados, que he disfrutado
mucho, y que, en parte, me ha reconciliado con este género. El autor ha sido
capaz de demostrar que se puede escribir una biografía o una crónica novelada
de una forma amena, interesante y con indudable calidad literaria.
Solo un fallo he detectado en
toda la novela en cuanto a estilo y prosa del autor, y que se le ha escapado al
corrector: el uso de la expresión «…iba dos veces "en" semana…» en
lugar de las formas correctas «…iba dos veces por semana…» o «…iba dos veces a
la semana…». Por lo demás, una obra verdaderamente impecable, con una edición
de las que, por desgracia, no es fácil encontrar hoy día.
Seguiremos los pasos de este
escritor y esperemos que siga dándonos nuevas obras con las que disfrutar.
El autor
Juan González Solano (Puente
Genil, Córdoba, 1949), es economista por la Universidad de Málaga y reside en
Madrid. Su vida profesional ha estado siempre vinculada al mundo de las
finanzas y de la Bolsa. Ha trabajado en varias entidades financieras y empresas
multinacionales, estuvo becado en la embajada española en Caracas y también ha
sido empresario. El camino de hierro es su primera novela.
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