Datos técnicos
Autor: José Carlos Somoza
Editor: Minotauro (Colección M)
Nº de Páginas: 480 páginas
Género: Fantasía.
Idioma original: Español
Publicación: 4 de febrero de 2014
Sinopsis
«Esta es, ante todo, una historia de amor donde los personajes son reales
a ratos, dependiendo del estado de la conexión a Internet. También es,
incidentalmente, la crónica de los Cuatro Días Más Importantes de Todos.»
En pleno siglo XXI, el mundo virtual Órgano prácticamente ha sustituido
al mundo real: la gente trabaja, se divierte y se relaciona en Órgano. Pero la
aparición de una joven en el altar de una iglesia bajo una lluvia de rosas
marcará el inicio de los Cuatro Días Más Importantes de Todos y, si nadie lo
evita, el fin de ambos universos.
Opinión personal
La cuarta señal me ha parecido una novela de
entretenimiento, lo que yo llamo una novela de vacaciones, para disfrutar de
ella mientras se toma el sol o se está con los niños en la piscina o la playa.
Una novela sencilla que se lee con agilidad y con bastante placer.
Yo la etiquetaría, por eso de que nos gusta etiquetarlo
todo, aunque ninguna falta que hace, pero para que el lector tenga una pequeña
idea de lo que va, entre las novelas de aventura de anticipación. Es una novela
de aventuras y transcurre en un futuro cercano y con unas tecnologías que
podrían darse en un futuro pero que todavía no se dan.
Respecto al argumento, es un argumento simple, el encuentro
de gente diferente en un lugar y momento que les marca y hace que les determine
su destino y les conduzca a actuar de unas determinadas maneras y a verse en
unas situaciones en las que jamás se habrían visto envueltos si ese momento en
concreto se hubiesen quedado en su casa viendo la tele. Argumento bastante
habitual en ciertos géneros, Somoza sabe introducir los suficientes elementos
propios y diferentes para que, aunque nos parezca el mismo camino, veamos un
paisaje totalmente diferente.
Uno de esos caminos conocidos y a la vez diferentes es el
tratamiento que da a los personajes principales. Tópicos y típicos, sí, pero
con ese punto propio que sabe darles que los convierte en gente normal y
corriente, cercana cuando estás leyendo la novela. Ninguno te va a enamorar, ni
a sorprender, pero te van a sumergir en la historia consiguiendo suspender tu
incredulidad y haciéndote pasar un buen rato, gracias a su técnica literaria.
Somoza utiliza un narrador omnisciente que, con un lenguaje
sencillo, pero de rico vocabulario, con un registro educado y adecuado a los
personajes nos lleva de la mano con su acostumbrado estilo conciso y su prosa
elegante y cuidada.
La novela se estructura en cuatro partes y un epílogo, una
para cada uno de los días en los que transcurre el argumento. En ellos el autor
sabe dosificar muy bien el ritmo y la tensión, aunque comete un error que, no
sé por qué, últimamente estoy viendo demasiado a menudo en muchas novelas, y es
que al final de un capítulo te escriba una frase lapidaria que te adelanta
acontecimientos que pasarán después, como que de ese personaje va depender el
resultado final, o que ese gesto que realiza ese otro personaje va a sellar el
destino de todos… Me molesta mucho que no se deje al lector sorprenderse, como
si fuera tonto para ver los detalles e ir adivinando las pistas y necesita una
flechita fluorescente que las señale. Me parece que arruina la tensión de
muchas de las escenas que logra con un buen pulso narrativo.
Respecto a descripciones y ambientación, no son necesarias y
por lo tanto no abusa de ellas en absoluto, apenas alguna estancia en concreto
se ve más detallada para situar al lector. El autor sabe ambientarte en seguida
y la novel fluye con suavidad hasta el final.
Los diálogos son ágiles, bien enlazados y es capaz dar una
voz propia al menos a los principales personajes, cosa que contribuye y mucho a
que estos se hagan reales, alejados de los personajes planos que suelen verse
tan a menudo en muchas otras novelas hoy día.
En suma, esta novela me parece una obra menor de este autor;
de calidad, si, pues escribe muy bien, pero no del nivel de complejidad y de
profundidad al que nos tiene acostumbrados. Me parece una novela muy adecuada
para lectores jóvenes o que buscan pasar un buen rato entretenidos con una
historia sencilla, interesante y ágil, sin buscar una novela de gran
trascendencia.
Autor
José Carlos Somoza
La Habana, 1959
Nacido en La Habana, cuando aún no había cumplido el año de edad, sus
padres se mudaron en 1960 a España por motivos políticos, donde reside desde
entonces.
Estudió medicina y psiquiatría y no se dedicó a la literatura por
completo hasta 1994.
Ha ganado diversos galardones por sus novelas: el Premio de Teatro
Radiofónico Margarita Xirgu 1994 por Langostas, La Sonrisa Vertical 1996 por Silencio de Blanca, el Café Gijón 1998 por La ventana pintada, el Fernando Lara
2001 y el Hammett 2002 de novela negra por Clara y la penumbra, el Ciudad de
Torrevieja 2007 por La llave del abismo. También fue finalista del Nadal 2000
con Dafne desvanecida.
Es socio de honor de Nocte, la Asociación Española de Escritores de
Terror.
Somoza ha dicho que en novela negra «clásica» sus preferencias
van desde el inmortal Sherlock hasta Dashiell Hammett, quien siempre le gustó
más que Raymond Chandler. En la novela negra moderna se decanta por los
escritores que mezclan géneros como John Connolly. Entre sus lecturas
permanentes están la obra completa de William Shakespeare y El espía que surgió
del frío de John Le Carré.
El
director de cine Jaume Balagueró prepara una adaptación cinematográfica de La
dama número trece, que cuenta la historia de un profesor de literatura en paro,
apasionado por la poesía, y a quien constantemente atormentan unas extrañas
pesadillas.
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