Datos técnicos:
- Título original: La hermandad de la nieve
- Autor: Jose Vicente Pascual
- Editorial: Evohé
- Idioma original: Castellano
- Nº pág.: 352
- ISBN: 9788415415220
- Portada: Sandra Delgado
Sinopsis:
«Álvaro de Bayos fue mi abuelo, y
muy rico se hizo en Granada con la Hermandad de la Nieve. La fundó al año y
tres meses justos de que sus majestades católicas recibiesen las llaves de la
ciudad por manos del último rey moro...
»Mi abuelo nunca supo escribir ni
leer, pero de números sabía y de nieve más que nadie. Por eso juntó tanta
fortuna».
Este es el comienzo de La
Hermandad de la Nieve, saga familiar de «los neveros», un gremio dedicado al
oficio del hielo y de transportar nieve desde las alturas del Muley Hacén a
Granada.
La Hermandad de la Nieve no es una
historia de grandes héroes, reyes, conquistadores y príncipes. Sus
protagonistas son simples hombres y mujeres valerosamente entregados al afán de
vivir. Ganarán su fortuna mediante un duro trabajo en lucha con la montaña y
sus nieves perpetuas, se convertirán en personas respetadas, incluso temidas; y
vivirán sus pasiones con intensidad propia de una estirpe de supervivientes.
Durante tres generaciones que abarcan todo el siglo XVI, el gremio de neveros
afrontará, además, las tremendas convulsiones sociales que padeció el reino de
Granada, donde cristianos y moriscos acabarían dirimiendo sus diferencias en
una crudelísima guerra civil.
El amor y el deseo, la ambición y
la codicia, la bondad y el ansia de poder recorren esta novela como un susurro
enredado con los vientos gélidos de Sierra Nevada, escenario sobrecogedor que
puede ser tan bello como terrible, tan colmado de vida como apetecido por la
muerte. La Hermandad de la Nieve es el misterio de Granada explicado sólo por
quienes pueden hacerlo: aquellos que la hicieron y vivieron y nunca la
poseyeron.
Opinión personal
Tenía ganas de leerla, pues la
recogida y venta de la nieve fue ocupación de mis antepasados y los neveros,
llamados en mi pueblo «ventisqueros», lugar de juegos habitual en mi infancia
(ora fuerte asaetado por los indios, ora circo romano donde luchar contra
fieros gladiadores). Por ello, la idea de una novela que narrara las andanzas
de una cofradía dedicada a ese oficio en la Granada de la conquista había
despertado mi curiosidad. Y la verdad es que ha sido sobradamente satisfecha.
Esta novela me ha fascinado. Pero ya no ha sido por la historia que cuenta, que
sí, es interesante, compleja y muy bien tramada, sino por la forma magistral de
contarla. La he disfrutado de principio a fin.
Una de las cosas que más me ha
impactado ha sido el tratamiento de los personajes. El escritor ha sabido darles tal
relieve y tal profundidad, sobre todo a los tres patriarcas, abuelo, hijo y
nieto, que consigue que se conviertan en personas cercanas, creíbles y totalmente reales. La forma de
expresarse, el caracter tan coherente de cada uno de ellos, las voces propias
con las que nos hablan, siendo tan parecidos y a la vez tan diferentes, da
muestra de la maestría de este autor a la hora de saber desarrollar la
personalidad de cada uno de ellos. Es el más joven, el nieto del fundador de la
hermandad, el encargado de contarnos la historia; a través de sus ojos vemos a
los demás protagonistas,
sus vidas y sus andanzas. Él nos narra cómo su abuelo, Álvaro de Bayos, leonés,
llega con los ejércitos castellanos a Granada y, buen conocedor de la nieve,
queda hechizado por la belleza y la riqueza que es capaz de ver en Sierra
Nevada. Con una voz pausada, tranquila y rica, nos transmite la ambición, la
fuerza y el empuje de un hombre curtido en la vida que ve la oportunidad de
progresar a su alcance y no duda en agarrarla de los pelos con firmeza y tesón.
En la segunda generación, nos cuenta la vida de su padre y nos transmite el
temperamento de este, con la fortaleza de una roca, necesaria para tomar
decisiones firmes y consecuentes, que conllevan la necesidad de anteponer el
bien común a la felicidad y el deseo propios. El autor sabe tratar a este protagonista,
en realidad el central de la obra, con la cercanía y el respeto que siente el
hijo por su padre, y es capaz de transmitírnoslo y de convertirlo en alguien
que permanece en toda la novela con la solidez de su carácter. El tercero de la
saga, quien nos cuenta la historia, es tratado con la habitual benevolencia de
quien se trata a sí mismo, lo que aún hace más creíble, no ya a los personajes,
sino a toda la novela, y así consigue que nos involucremos en ella con
facilidad.
El resto de los interlocutores que
acompañan a los tres neveros queda más desdibujado, pero aun así, el autor es
capaz de dotar a cada uno de ellos de una naturaleza propia, intensa en algunos
casos, pero siempre muy alejada de la calidad y los matices de los tres
protagonistas. Caso especial es el tratamiento que da a cierta figura femenina,
que sin aparecer más que en contadas ocasiones consigue que su influencia
perdure en toda la novela.
Como ya se ha comentado en la
sinopsis, la historia nos narra el asentamiento en Granada de un leonés
desplazado con el ejército castellano. Y al desarrollar todo este proceso nos
introduce de una forma magistral en la Granada de la conquista, en cómo vivían
sus habitantes, cómo se relacionaban en aquellos años convulsos las tres
religiones. Con increíble maestría nos pinta un lienzo sobrecogedor, frio, duro
y arisco. Una tierra de frontera, con conquistados
y conquistadores que intentan convivir,
y en la que se mezcla ambición,
amor, pasión, odio y resentimiento de la misma manera que se enlazan en la vida de cualquier persona. Porque el autor consigue
transmitirnos eso, que son personas
reales, con sus esperanzas y sus ilusiones, con sus ambiciones y sus despechos,
que están en un momento dado en un lugar determinado y obran en consecuencia.
Es una de las grandes bazas de esta novela, su gran credibilidad, su
verosimilitud. Nada rechina, o al menos, a mí no me lo ha hecho. Si hay alguna errata
documental, no he sido capaz de verla, pero tampoco creo que me importase
demasiado.
Uno de los grandes temas que
desarrolla es el del pragmatismo y la fidelidad a una forma de vida, la
necesidad de unir fuerzas para conservar la supervivencia del pequeño clan
dentro de la vorágine que supone un momento convulso de la historia que les
toca vivir. Y lo trata con maestría consiguiendo que, en realidad, la verdadera protagonista sea
esa hermandad que da nombre a la
novela, y sobre todo, la nieve, a la que es capaz de llamar de tantos y tan
bellos apelativos diferentes
según sean sus características.
Y, llegados a este punto, pasamos
a hablar de la forma en la que está escrita. Esto es sin duda el gran valor de
esta novela. José Vicente Pascual hace gala de una prosa rica, fluida y
preciosista, muy cuidada, que viene acompañada de una gran riqueza de
vocabulario. Este punto tan importante es algo básico, pues sabe introducirnos
con destreza en el ambiente a
través de unos modismos y un lenguaje que nos transporta con verdadera facilidad a las postrimerías del siglo
XVI y nos integra en la historia desde el principio. El autor utiliza arcaísmos
y modismos, algo habitualmente tan complejo de tratar por la dificultad que
entraña reproducir el castellano de esa época sin fatigar al lector, de una
forma muy adecuada. Al principio se nota más, pero conforme avanza la lectura,
te familiarizas rápidamente con el vocabulario y al final de las páginas es
algo que ha conseguido pasar desapercibido. No fatiga, al revés, enriquece
mucho la obra. Con un estilo muy fluido, sabe darle a cada actor su
voz propia, pero el exceso de narración en detrimento de los diálogos le resta
un poco la fuerza que estos podrían tener. Es algo lógico, al ser una narración
en primera persona,
que esta prime sobre las conversaciones. Aquí está todo muy bien llevado.
Quizá, para un lector habituado a narraciones
con más acción, de ritmo más trepidante y de estilo más sencillo, esta novela resulte un poco farragosa,
lenta y costosa de leer. Pero para alguien habituado al lenguaje de la época y
que disfruta de las historias de la gente sencilla va a ser todo un
descubrimiento.
Ojo, no quiero decir con esto que
la novela sea aburrida, todo lo
contrario. Es una novela activa,
sin descripciones excesivas, sin circunloquios, con acción, muertes, refriegas,
venganzas, luchas de poder y momentos de gran dramatismo. Pero todo ello
contado con un ritmo pausado, muy adecuado al clima de la novela y de la zona,
y a la personalidad densa y
firme que el autor sabe transmitirnos de sus personajes.
Yo la recomendaría a un público
maduro, muy lector, aficionado a las buenas historias bien contadas, historias
de personas
y de lugares más que de hechos históricos, capaces de apreciar la literatura con mayúsculas.
Valoración literaria: 9
Sobre
el autor
José Vicente Pascual (Madrid,
1956), es novelista y colaborador habitual en prensa. Ha publicado varios
libros de relatos, adaptaciones de narrativa para jóvenes lectores y guiones
teatrales. Entre sus novelas destacan La montaña de Taishán (premio Azorín, 1989), El capitán de
plomo (premio Café Gijón, 1993),
Palermo del cuchillo (premio
Alfonso XIII, 1995), Juan Latino (1998), El país de Abel (finalista del premio nacional de la crítica, 2002), La
diosa de barro (2006), Homero y los reinos del mar (publicada con el heterónimo
de José Ferrer González, finalista en el premio de novela histórica Caja
Granada, 2009), y Los fantasmas del Retiro (2011).
La Hermandad de la Nieve es su
última obra de narrativa histórica.
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