- Título original: El hombre imaginado.
- Autor: Jose Ignacio Becerril Polo
- Editorial: Draco Ediciones
- Idioma original: Español
Sinopsis:
Nachob ha hilado un tapiz lleno de historias donde nos muestra a los monstruos y los héroes que subyacen bajo nosotros y también nos invita a mirar hacía las estrellas. Con su estilo directo y sus magistrales giros argumentales, El hombre imaginado será el libro del que todo el mundo hablará en poco tiempo. Aquellos que conocen su obra ya saben todo lo bueno que pueden esperar de él y, para los que no, sólo puedo decir que les envidio: Me encantaría poder leerle de nuevo por primera vez...
Crítica:
El hombre imaginado. De monstruos, héroes y estrellas. No sé
qué me gusta más, si el título o el subtítulo. Ambos son adecuados. El primero
porque si de algo puede hacer gala este autor es de una portentosa imaginación
que nos muestra en este libro al visualizar al hombre en múltiples facetas. El
segundo… el segundo resume el libro en tres magníficas palabras: monstruos;
muchos, demasiados, pero a veces no sabes en realidad dónde están realmente, si
a un lado o a otro de la fina línea que separa un punto de vista de otro.
Respecto a los héroes… otra vez la misma dicotomía ¿Quién es en realidad el
héroe? ¿el que lucha o el que resiste? Y las estrellas… como los ideales, están
ahí: no podemos alcanzarlas, pero nos muestran el camino.
Muchos de los relatos que nos encontramos no sabemos cómo
encauzarlos, donde englobarlos… ¿monstruo o héroe? Y aunque no sepamos qué
tiene que ver una batalla espacial con un hombre solitario y un periódico, esa
relación está, existe y es lo que une y da coherencia a toda la antología.
Se compone de diecinueve relatos y a su vez se divide en
tres partes bien diferenciadas, si hacemos caso al índice. Pero si leemos los
cuentos siguiendo el orden del autor vemos que se mezclan siguiendo una curiosa
evolución de la humanidad de los personajes, así como la cronología en la que
fueron escritos. La división del índice se realiza por la temática: De
monstruos, con siete relatos, De héroes, con tres (dos de ellos, Horda y El
corazón del héroe, son los más largos del libro), y De estrellas, con nueve.
Aunque cada parte trata en realidad un género (fosco la
primera, épico la segunda y ciencia–ficción la tercera), todos tratan en
realidad del mismo tema: el hombre. Esto es una constante en la obra del autor.
Ya lo vimos en la primera antología que publicó, El monstruo en mí, en la que,
a través de sus relatos, va dando diferentes visiones de los monstruos que
podemos llevar en nuestro interior y lo fácilmente que este se camufla en
nuestra sociedad humana. Ahora, el autor, valiéndose de estos relatos, nos
muestra diecinueve hombres imaginados, diecinueve vidas que, en realidad, son
muchas más, pero todas ellas con un denominador común: la fantasía en estado
puro, una imaginación desbordada que nos lleva desde la guerra de Troya hasta
el último confín de las estrellas.
Si hablamos de estas vidas, pasamos a hablar de lo que, sin
duda, es uno de los mayores puntos fuertes de este escritor: sus personajes.
Ignacio Becerril llama la atención, como autor, por ser capaz, sobre todo, de
hacer que creamos que nos está contando la historia de unas personas tan
reales, tan vívidas y tan normales como cualquiera de nosotros, por muy extraña
que sea la historia que nos cuenta. Nos presenta seres de carne y hueso, aunque
se trate de un vampiro, de un sádico, de un suicida, de un asesino en serie o
hasta de la misma muerte. Esa forma que tiene de hacernos totalmente creíbles
los personajes es algo que también cohesiona la antología. Pero además, hace
que en cada relato, al terminarlo, nos quedemos con ganas de más. Solo algunos
de la parte de Ci-Fi resultan más planos, más anodinos, pero son pocos relatos
y se ven pronto eclipsados por la historia en sí.
Para hablar de este libro con más detalle y comentar los
relatos, vamos a seguir el índice, y no
el orden propuesto por el autor.
De monstruos: Ambientada en la actualidad, en esta parte,
con algunos relatos sin componente fantástico, es en donde vemos su gran
maestría a la hora de tratar a los personajes.
- El encuentro: El primer relato que nos encontramos, uno de los más breves de la antología, nos cuenta el reencuentro de dos antiguos amigos de infancia. Su final, en parte previsto y en parte sorprendente, ya nos plantea una reflexión sobre el ser humano, sobre la gente que consideramos extraña, distinta. Y nos la muestra siempre con algo que a Nacho le sobra a la hora de tratar a sus semejantes: la ternura.
- No hay prisa: En el segundo relato juega con la casualidad, la causalidad y las consecuencias que ambas pueden producir, no solo en nuestra vida, sino en todas aquellas que se pueden relacionar con el suceso en cuestión. No hay componente fantástico aquí, salvo esa mágica situación que es el azar, que tantas veces se da en nuestras vidas. Otra vez Nacho es capaz de sorprendernos, de atraernos a su juego y hacernos caer en sus redes con gran maestría.
- Dios es un cruel amante: El tercero es uno de los más emotivos y tiernos, a la vez que desgarradores, de toda la antología. Esos hombres y mujeres imaginados se nos muestran tan reales que hacen que la fantasía sea algo tan natural que la aceptamos completamente, y a la vez, nos duelan en lo más hondo.
- El odio: Si en el relato anterior Nacho nos hablaba del amor, en este nos habla del odio, pero de una forma interiorizada, tan real, tan cotidiana, que consigue hacer que empaticemos con cada uno de los actores de este drama que, como casi todos en la antología, tiene su punto irreal, sorprendente, capaz de dejarnos con el alma en vilo mientras lo asimilamos.
- Ratas: Este quinto relato, quizá el más estremecedor y sórdido de todos, es otro de los que carecen de ese elemento sobrenatural, pero que no lo necesita para sobrecogernos y mostrarnos que la realidad puede, muchas veces, superar cualquier ficción. Aunque sabemos que es una historia imaginada, un hombre imaginado, la habilidad del autor es tal que nos lo hace perfectamente creíble. Y eso es lo que hace que se nos ponga todo el vello de punta al leerlo.Y si, vuelve a hacerlo. consigue sorprendernos de nuevo, atraparnos en su mundo y sumergirnos por completo en él.
- Vlad: Como cualquiera imaginará al ver el nombre, este relato, uno de los más largos, recrea el mito del vampiro, pero desde un punto de vista original, nuevo y muy bien desarrollado. Precioso enfoque que nos plantea casi más incógnitas de las que nos resuelve.
- Nadie es inocente: Con este relato se cierra la primera parte, ambientada en el mundo actual. Este es el último en el que no aparece el componente irreal, sino que nos narra una historia que podría ser verdad. Y eso es lo que la hace tan terrible y lo que hace firme el título de esta parte de la antología: ¿Quién es el monstruo en realidad? Porque… ¿Cuál es la realidad?
De héroes: Tres magníficas historias, narradas de una forma
magistral.
- Donde anidan los mirlos: El primero de los relatos épicos es una preciosa historia que nos plantea quien es en realidad el verdadero héroe. Intenso, evocador, otra vez hace gala de la ternura al tratar y definir de forma asombrosa a sus personajes.
- Horda: El relato más largo de cuantos componen esta antología, y puede que el más elaborado ya que es en sí una pequeña novela corta que nos relata toda la epopeya de un pueblo. Angustioso, nos hace sentir la presión que debieron sentir los protagonistas del mismo.
- El corazón del Héroe: precioso relato ambientado en la guerra de Troya con Héctor y Aquiles como protagonistas, nos cuenta una hermosa, tierna y emotiva visión de ambos héroes. Aquí nos muestra la fuerza con que Nacho es capaz de, con cuatro pinceladas, crear unos personajes que se salen del papel para, al igual que todos los de los demás relatos, configurarse en personas de carne y hueso a las que les pasan cosas que el nos cuenta.
De estrellas: Esta parte la forman los relatos de
ciencia-ficción, o de anticipación, si preferimos llamarlos así, ambientados en
múltiples futuros. Es quizá la parte más floja en cuanto a calidad literaria,
pero sigue siendo interesante por las paradojas que expresa y por las
reflexiones que nos presenta valiéndose de los cuentos fantásticos que narra.
- Se le oía cantar: Con este relato se inicia el capítulo dedicado a la ciencia ficción. Es un relato duro y triste, melancólico, como muchos de ellos, con un giro amargo que nos da una visión dura de la vida, pero que siempre nos muestra lo que la humanidad puede dar de si.
- El tirano: relato de aventuras que juega con la idea de una evasión continua y perpetua, y que nos hace plantearnos muchas de nuestras ideas sobre el ocio.
- As time goes by (el dolor no es bueno): Relato sencillo, lleno de guiños y de alusiones, nos dibuja una sonrisa en los labios, como muchos de ellos, con la sorpresa final.
- Una decisión lógica: relato corto y preciso, que nos muestra el valor de la lógica y los riesgos de la programación.
- La mala hierba: Otra muestra de la lógica y la programación,
- Mundo humano (Almas de metal): relato de aventuras en la más pura línea de la aventura espacial, como todos, con su moraleja, con su pequeña dosis de reflexión.
- Evolución: Relato casi entre la ciencia ficción y lo onírico, con profundas reflexiones sobre el ser humano en solitario y en conjunto.
- Invasión: otro relato de ciencia ficción, en este caso que se plantea las paradojas espacio-temporales.
- Al otro lado del espejo: Preciosa reflexión sobre la guerra y el concepto del «enemigo»
Todos estos relatos los encontramos narrados con una prosa
muy cuidada, muy delicada y elaborada, aunque el estilo sea, en la mayoría de
las veces, sencillo, aunque no plano. Hay mucha diferencia entre las diversas
partes. En la primera parte, la prosa es cuidada, aunque sencilla, y el estilo,
simple y directo, hace que la lectura sea ágil, dinámica y de calidad. En la
segunda parte nos encontramos con una prosa mucho más elaborada, mucho más
rica, con más matices literarios, pero que ralentiza un tanto la lectura, de
una forma consciente, haciendo que el estilo, más depurado y cultivado, nos
ofrezca una lectura pausada, para saborearla. En la tercera parte, la prosa
decae bastante y el estilo, aún más sencillo que en la primera, hace que nos
encontremos ante la parte más floja, literariamente hablando, de la antología.
Lo que destacaría como positivo de esta antología son tres
cosas fundamentales. En primer lugar, la variedad de relatos de temáticas
diferentes, que hacen que el lector no se aburra y siempre quede con ganas de
más. En segundo lugar, la importante calidad literaria en su conjunto. En
tercer lugar, sobre todo, las reflexiones sobre la vida, y sobre el ser humano.
Lo que destacaría como factor más negativo es la gran
diferencia de calidad que hay entre unos relatos y otros, siendo el final, la
parte de ciencia-ficción la que más cojea. Es un defecto que se hace sentir
bastante ya que, al estar todos colocados en la última parte del libro,
producen un efecto un tanto negativo en el lector.
A pesar de este punto es una antología de relatos
fantásticos de gran calidad, con la que podemos disfrutar de una lectura
agradable y que, sin duda, nos va a hacer reflexionar en más de una ocasión.
José Ignacio Becerril Polo, Nachob, Zaragoza 1966.
Padre de familia feliz y escritor aficionado, muy aficionado
a escribir, lleva desde 2006 publicando y compartiendo sus cuentos e historias
en diversas páginas de internet con mayor o menor fortuna. Ha tratado de
participar también en el mayor número de certámenes, antologías y publicaciones
que ha podido, con relativo éxito. En todo caso, no se puede quejar porque el
viaje ha sido divertido y ha conocido muy buena gente.
Como resultado de su primer año literario se autorregaló un
recopilatorio titulado Un año de palabras, que a juicio de sus selectos
lectores tiene casi tantos aciertos como ausencias de tildes. Tantos, que unos
editores alocados no pudieron soportar semejante despropósito ortográfico y
decidieron tomar cartas en el asunto, corrigiéndolo en forma y aumentándolo en
fondo hasta crear El hombre imaginado, un recopilatorio excesivo a todas luces.
Además ha publicado con la editorial Saco de Huesos otro recopilatorio, El
monstruo en mí, que ha sido premiado como mejor libro de relatos de 2011 por Cultura
Hache y quedó finalista el mismo año en las categorías de relatos y mejor
relato en los premios Ignotus y Nocte.
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