sábado, 22 de octubre de 2011

El monstruo en mí, de Jose Ignacio Becerril

Este libro, publicado por la editorial Saco de Huesos, es una antología de ocho cuentos del llamado género “fosco” y uno de ciencia ficción. Los relatos, dentro de este género que funciona a caballo entre la fantasía y el terror, los podemos clasificar a su vez en diversos subgéneros: costumbrista, romántico, policíaco, fantástico o simplemente terror. Todos tienen en común el protagonismo del monstruo, a veces interno a veces externo, salvo el último, que es un relato de Ci-Fi que no cumple esta premisa.

Esta antología de cuentos me ha llamado mucho la atención. No suelo leer relatos, no es un género que me guste en exceso, siempre lo digo. Suelen saberme a poco. Y Tampoco suele gustarme el género de terror, en ninguna de sus vertientes (novela, relato, cine…) porque suele darme muy poco miedo y por lo general me aburre mucho. Pero esta antología ha conseguido inquietarme realmente. Cada uno de esos relatos ha sabido tocar alguna parte de mi interior y, bien por una cosa, bien por la otra, ha sabido conectar conmigo de una forma que no es nada habitual y a la que no estoy nada acostumbrada. No es la temática en sí, en realidad nueve temáticas sobre monstruos diferentes; es, sobre todo, la forma de abordarlas y la forma de narrarlas lo que ha llegado a conseguir que, después de la lectura de cada relato, tuviera que parar para asimilarlo. Eso puede parecer normal en otros lectores. Quien me conozca sabe que si hago eso es porque algo diferente pasa con ese libro.

Uno de los factores que hacen que esto pase es que Nacho sabe crear a los personajes con cuatro palabras. Y alguno de ellos de tal manera que le pones nombre, apellidos y hasta foto. Esto es algo que para mí es muy importante, casi básico en cualquier tipo de narración; si no me creo a los personajes me da igual lo maravillosa que sea la historia, lo bien urdida que esté la trama o la sublime exquisitez de la prosa; si los personajes no me parecen reales no conecto y no me gusta. Creo que esto es uno de los puntos más fuertes que tiene este escritor, que deja de contarnos una historia para contarnos la historia de fulanito, de menganito, y están ahí, los ves, y los sientes. Hasta los personajes de los relatos que escribe uno de los personajes de un relato te parecen reales. Y con eso juega, y muy bien, por cierto.

Otro de los factores es, por supuesto el tema tratado en los relatos. Como el nombre de la antología indica, es el monstruo que todos llevamos dentro, y que no siempre es el que parece ser. Y a veces lo es, también. Nacho sabe jugar muy bien al despiste, por lo que en todos los relatos acaba sorprendiéndonos. En unos porque nada es lo que parece, y en otros porque al ser tan predecible la historia, te sorprende que ese final sea el que toca, el que es lógico, el que todos damos por supuesto y estamos esperando que sea cualquiera menos ese. Pero siempre está ahí presente el Monstruo. Ese monstruo que cualquier persona puede llevar en su interior, a veces solo peligroso para sí mismo, en forma de una fobia, una enfermedad; a veces peligroso para toda la sociedad; a veces tierno, otras salvaje, despiadado, pero nunca, nunca, neutro.

Quizá el factor determinante en la buena impresión que me ha causado este libro sea su  forma de escribir: me gusta. Sabe transmitir las ideas con mucha claridad, no resulta difícil seguirlo. Todo lo contrario, te introduce rápidamente en la historia de forma absorbente y te arrastra  de tal forma, que lo que menos percibes es el estilo, pero eso solo se consigue cuando una obra, como lo está esta, está bien escrita. Las descripciones son parcas y precisas, al igual que los diálogos. Con cuatro palabras es capaz de introducirnos en cada uno de los relatos de un plumazo, en transportarnos a cada una de las historias y sumergirnos por completo en ellas. Ésta creo que es su principal virtud. La historia puede o no puede gustarte, pero la vives. Cada uno de los diálogos encaja a la perfección en los personajes. No hay muchos, porque los relatos son cortos, pero son indiscutiblemente uno de sus puntos fuertes. Respecto a  la ambientación, con cuatro palabras te sitúas perfectamente en el lugar donde están ocurriendo los hechos. Te sientes introducido en el ambiente con gran rapidez. Respecto a la estructura, cada uno de ellos tiene la suya propia, que difiere mucho de unos a otros, adaptándose en todo momento a la historia y al clima que el autor quiere darle. Todos los relatos son coherentes en sí mismos y en la antología salvo el último, el de Ciencia Ficción, que queda un poco descolgado de la uniformidad de la antología, tanto por la historia, como por el clímax o el estilo narrativo. Mientras en los ocho primeros hace gala de una buena habilidad narrativa, en el último se dispersa y se ralentiza, en unos momentos, para acelerarse y atropellarse en otros, quedando puntos narrativos poco definidos. Los protagonistas se nos desdibujan, haciéndose más planos que en el resto de los relatos, y la  historia en si conforma un todo poco creíble que a mí, por lo menos, me ha dejado fría.

La portada no me acaba de gustar. La idea sí, la idea de una figura humana actual con cabeza monstruosa, en una reminiscencia del minotauro si me gusta, pero el desarrollo de la ilustración, no. Me parece que queda un poco frío, sin resultar atractivo en sí, aunque refleje la idea que se pretende transmitir con los relatos.

En resumen, es un libro que recomendaría a los amantes del género, y a los que no lo son,  tanto por sus historias muy interesantes como, por la prosa cuidada y ágil. Es un libro que me ha dejado muy buen sabor de boca, y con ganas de mas, de mucho más.

sábado, 1 de octubre de 2011

LAS PUERTAS DE LA CASA DE LA MUERTE. MALAZ 2


SINOPSIS: En el desierto de Raraku, Sha’ik, la vidente y sus seguidores se preparan para el levantamiento profetizado largo tiempo atrás, “El Torbellino”. Esclavizada en las minas de otataral, Felisin, la más joven de la deshonrada Casa Paran, sueña con la libertad  y jura vengarse, mientras que los Abrasapuentes proscritos, Violín y Kalam conspiran para liberara al mundo de la emperatriz Lassen (aunque la voluntad de los dioses, como siempre, parece ser otra). Y al tiempo, dos antiguos guerreros cargados con un secreto devastador penetran en esta tierra asolada, un comandante del Séptimo Ejército de Malaz, lidera sus agotadas tropas en una última y audaz carrera para salvar las vidas de treinta mil refugiados.

Opinión personal:
Nos encontramos de nuevo en las siete ciudades, pero ahora la trama aun se complica más, se vuelve más frenética, más dividida, con diversos frentes abiertos, cada uno de los cuales comprendería por si mismo una apasionanate novela.

Ahí radica su  tremendo atractivo y la también dificultad que entraña ser capaz de fijar la atención en diversas líneas argumentales, que se van entrecruzando como un complejísimo tapiz, en el que cada uno de los personajes es un hilo de brillante color, de relieve especial, que aparece y desaparece, engullido en unas escenas emocionantes, trepidantes y a veces demenciales que necesitan de una imaginación muy vívida para poderlas abarcar.
Estos personajes, algunos viejos conocidos de la novela anterior, como los Abrasapuentes, el joven Azafrán, o Lástima, y otros,  nuevos y muy intensos, como la joven Felisin, o Duiker, el historiador, nos van desgranando su historia paso a paso. A traves de sus andanzas y de sus penurias, avanzamos por una trama que los trata a todos ellos, vívidos y muy reales, sin miramientos, con crueldad refinada. El autor hace que en cada página nos sobrecojamos con una vision descarnada de lo que es la esclavitud, la guerra, las matanzas y en suma, la barbarie humana, ya que aquí no se escatima nada. Ni sangre, ni suciedad, ni miseria ni dolor, sea este físico, mental o emocional. Como en cualquier guerra, como en cualquier contienda real.
Y como en la vida real, no hay ningún personaje bueno ni malo, sino que todos son tremendamente humanos, hasta los dioses, que interfieren una y otra vez con los mortales.

En esto se basa otro de los grandes atractivos de esta saga épica: en la falta de histrionismos, de exageraciones. Es su gran humanidad lo que hace que frases, sentimientos y pensamientos de los personajes te calen en lo más hondo y te sobrecojan. Esa libre eleccion, esa falta de determinismo, ese albedrío propio de la gente de carne y hueso hace que entendamos lo que cualquier ser humano es capaz de hacer cuando se ve llevado al límite de su cordura.  

Porque en esta segunda parte, todos están abocados a perderla, todos parecen ser conducidos más allá de los limites hacia la locura de la irrealidad, en un mundo en el que las bases de la magia, las sendas por las que transita, se ven alteradas, estremecidas en sus cimientos, y sacuden como un terremoto toda la realidad, haciendo que cualquier proyecto, cualquier plan, se vea sometido al azar de una magia que parece haber perdido el control,  y de unas decisiones tomadas siempre al borde del caos, hasta llevarnos a un  final sorprendente que nos deja en suspenso, esperando el desenlace de aquello que no lo ha tenido, o que habiéndolo tenido no nos deja estar seguros de nada. Porque nada es lo que parece, y si algo no es esta novela , es predecible.

Eso no quiere decir que sea una novela que se devora, que se lee rápido. No. Es una novela para saborearla, para disfrutarla poco a poco, asimilando cada una de sus tramas, porque he de reconocer que muchas veces, la escasa prolijidad de las descripciones, tanto del paisaje como de los personajes, hace que tengamos que tirar mucho de la imaginación, y eso nos obligue a realizar un gran esfuerzo para comprender muchas situaciones, haciendo que algunos tramos parezcan en un principio un poco confusos.