domingo, 22 de mayo de 2011

El Anillo del Nibelungo. La tetralogía de Wagner


En esta segunda parte del artículo sobre Wagner y su Tetralogía del anillo del nibelungo voy a comentaros solamente las óperas en sí, brevemente, para que tengamos una idea del argumento y la historia que nos narran. Veréis en determinados momentos que hay palabras que enlazan  a fragmentos de las óperas. Espero que los fragmentos elegidos sean de vuestro agrado. prácticamente están las óperas al completo pero muy troceadas, porque amenazaros con 14 horas de gorgoritos alemanes (que es la duración completa de las cuatro piezas), por muy buenos que estos sean,  si no sois forofos del tema, es como exigir a alguien a quien no le gusta la fantasía épica que se lea “Canción de hielo y fuego”, los siete volúmenes seguidos (en el caso en el que estuvieran ya escritos): Por muy buena que nos parezca la obra, se atraganta a quien no es aficionado al género.

Como ya hemos comentado antes, Wagner es su propio libretista. Desde que descubre el manuscrito de la saga de Sigfrido en  una biblioteca, la historia le absorbe, le obsesiona, y al final acaba convirtiéndola en el mayor drama lírico de la historia de la música.


En el desarrollo de las cuatro óperas vamos a ver como la trama argumental, en algunos momentos, difiere de forma muy clara con la saga original. Wagner, gran conocedor de los antiguos cultos y admirador del trabajo que los hermanos Grimm estaban realizando para rescatar el folklore y la mitología germana, adapta diversos mitos y personajes, los modifica y los hace brillar en una historia más coherente y más  acorde al gusto romántico del momento.

Pero no solo es el mayor en cuanto a duración, sino en cuanto a complejidad y riqueza musical, ya que Wagner fue pionero en varios avances del lenguaje sinfónico, tales como un extremo cromatismo (asociado con el color orquestal) o el cambio rápido de los centros tonales, lo que influyó en el desarrollo de la Música clásica europea. En las cuatro óperas se mantiene el famoso acorde en mi bemol que va dando forma a cada uno de los “leivmotivs” de cada una de las óperas. Por desgracia, la parte musical no es lo mío. Si esperabais que lo comentara, lo siento, no puedo hacerlo, pero agradeceré cualquier aclaración  en ese campo. Todo aquel que quiera es libre de participar, y todo comentario será muy bienvenido.
 Vamos ya a resumir el argumento de las óperas una por una:

viernes, 20 de mayo de 2011

Todo lo que muere, de John Conolly

Hace poco tiempo, en OcioZero, lugar muy interesante para hablar de libros con muy buena gente, entré en un foro de novela negra. Siempre he sido muy aficionada al género, desde que en mi infancia, y de la mano de mi padre, descubrí a Sherlock Holmes, Lupin, Agatha Cristie, Raymond Chandler, Dashiell Hammett, y tantos otros. Uno de los habituales de este mentidero, gran lector de muchos géneros, me recomendó a este autor, que me era totalmente desconocido y decidí echarle un ojo.


La historia se divide fundamentalmente en dos partes. En la primera nos presenta al protagonista con continuos retrocesos en el tiempo que se nos presentan como recuerdos y lo enfrenta a una situación compleja que tiene bastantes puntos de interés, pero que se diluye en la trama general, que culmina en el final de la novela. En la segunda parte, aclarado ya el caso secundario, se centra en el caso más íntimo y personal del detective protagonista, pero lo hace sin mucho aliciente, pues las pistas para descubrir al asesino son tan evidentes que casi desde el primer cuarto de novela ya te imaginas quien es.

La novela está narrada con un estilo directo, ágil y sencillo que muchas veces peca de escueto. Esta característica que en algunos momentos se agradece porque aumenta el ritmo trepidante de algunas escenas, en otras se convierte en un grave inconveniente al hacer desaparecer cualquier carga emotiva o emocionante que convertiría una novela un tanto plana en una gran novela de acción. Hasta las escenas más truculentas quedan convertidas en un informe de lesiones, por lo que el impacto que podrían tener queda desdibujado y un poco deslucido.

Esto también es un gran inconveniente a la hora de tratar a los personajes, pues los pule tanto que salvo el protagonista, que tiene pequeños destellos de emoción, el resto quedan demasiado planos, y aunque hay un intento de profundizar en las emociones, esto se queda a un nivel tan descriptivo que hasta la escena de sexo parece la narración de una excursión, sin llegar a transmitir emoción de ningún tipo.

En realidad, esta novela ni me ha gustado ni me ha disgustado. Me ha dejado un tanto fría. Se lee con rapidez y facilidad, engancha sin problema, pero tampoco aporta nada nuevo, ni nada tan novedoso como para disculparle los fallos que me parece, la lastran demasiado.

En mi opinión es una lectura perfecta para alguien no muy habituado a la novela negra, que se acerca por primera vez a este género, por su ritmo y su estilo, pero para el lector más experimentado que busca una cierta profundidad, puede quedar un poco insuficiente, a no ser que busque una lectura sencilla y no muy trascendente para una tarde de piscina o de playa, ahora que viene el verano.

jueves, 19 de mayo de 2011

Wagner y El anillo del nibelungo: La fantasía épica y la mitología hecha música

F.Frazetta.

Aunque la idea de este blog es hablar de aquello que aparece en su título, los libros y los mitos, hoy vengo a hablar de música. Hoy subo al blog la primera parte de un artículo sobre Wagner y su tetralogí“El anillo del Nibelungo”. Lo he dividido en dos debido a su extensión, y también, cómo no, dado mi natural serio y enciclopédico, (por no decir coñazo directamente) a mi intención de que se haga más liviana su lectura para aquellos osados que se asomen a estas líneas.


En esta primera parte os narraré brevemente las andanzas de tan bizarro compositor e intentaré explicar a los más profanos la importancia que este hombre tuvo para la lírica, como adelantado en la música al igual que en muchas de sus ideas.

En la segunda parte os destriparé, inmisericorde, la magnífica historia que se desgrana a lo largo de las cuatro óperas que conforman la única tetralogía de estas características de la historia de la música y las cuatro piezas más famosas de la ópera alemana.


Wagner: pequeña semblanza biográfica

Richard Wagner
Creador del drama musical y renovador del género operístico, Richard Wagner amplió el horizonte del teatro lírico al establecer las bases de una ópera alemana, en la que la acción dramática prima sobre el virtuosismo vocal.

Nacido en Leipzig, Alemania en 1813, en el seno de una familia acomodada  que pronto se ve sacudida cuando su padre, inspector de policía, muere. La posterior boda de su madre con un actor de teatro, amigo de la familia y de quien se sospechó siempre que era el verdadero padre de Richard, le sumerge en el mundo de la escena, un mundo que lo fascinó y lo marcó para siempre.

En sus inicios artísticos se decantó por la poesía, claramente influido por su tío Adolf Wagner, filólogo, historiador y librepensador que se hizo cargo de su tutela a la muerte de su padrastro y que le inculcó el amor por la  mitología, la leyenda y la historia.

Estudiante irregular, temperamental, volcado solo con lo que le atraía y conflictivo con sus compañeros, a los 15 años abandonó los estudios y su afición por la poesía. Su encuentro con Carl María Von Weber,  asiduo a las reuniones que tenían lugar en casa de su madre a raíz del trabajo de su hermana Clara en el teatro, así como su aprendizaje con el piano, influyó decisivamente en el abandono de su vocación poética para centrarse en la música.

Pero no fue con un estudio reglado y sistemático. Músico prácticamente autodidacta que tomaba lecciones esporádicas aquí y allá de lo que le interesaba, consiguió a los 27 años, después de una época turbulenta de jugador y duelista, estrenar su primera pieza, de tipo sinfónico que fue seguida de varias más hasta la composición de su primera ópera, Las Hadas, (1833) basada en un cuento  dramático de Gozzi. En esta primera época que llega hasta la composición de Rienzzi en 1838, subsiste como director de orquesta y se hace sentir la influencia del género tradicional. En una segunda etapa, desde El holandés errante (1841) hasta Lohengrin (1846), sienta las bases del futuro drama musical, comenzado en 1852 con el libreto de la tetralogía El anillo del nibelungo   y culminado en 1882 con su último gran drama sacro Parsifal. 

martes, 10 de mayo de 2011

IDUN Y LAS MANZANAS DE LA ETERNA JUVENTUD:

Esta historia mitológica la subí al blog anterior en Navidad, para explicar una tradición que se extiende hoy por todo el mundo y cuyo origen es muy poco conocido en general. Es una historia preciosa y creo que es un cuento digno de ser contado en una fecha tan especial como es el solsticio de invierno.

EL ORIGEN DEL ARBOL DE NAVIDAD

Durante una de sus frecuentes escapadas por el Midgaard, Odín, Loki y Hord se encontraron en un paraje desierto, sin lugar en el que hospedarse ni gente que les agasajase. Cansados y hambrientos, acertaron a cazar un buey de un numeroso rebaño que pastaba por allí. Encendieron una hoguera bajo un frondoso fresno, y sobre las brasas pusieron a asar la carne de la pieza cobrada. Pero algo extraño sucedía: un viento frío  impedía que la carne se cocinara. Alzaron la vista a la copa del árbol, de donde venia la brisa, y observaron, oculta entre el ramaje, una hermosa águila  que con sus alas enviaba el hechizo que impedía asar el buey. Ante los ruegos de los dioses, el águila aceptó retirar el hechizo a cambio de elegir una parte de la jugosa carne.

Así lo acordaron y el águila permitió que el asado finalizase. Cuando empezaron a repartirlo, el ave tomó una pierna asada y todo el lomo. Enfurecido Loki por lo que consideraba un abuso asestó un fuerte golpe al animal con un palo que tomó del montón de leña. Él águila emprendió el vuelo, pero el palo se quedó pegado a la espalda, y este a las manos del dios. Loki se vio alzado del suelo y arrastrado sobre arbustos, árboles y espinos hasta que llegaron a lo alto de una montaña nevada y fría, en el Jotumgaard.  Allí, ante sus ojos, el águila cambio su plumaje por el recio cuerpo de Thiassi, el gigante de hielo, señor del invierno. Loki, señor del fuego, era ahora su prisionero, y como era costumbre exigió un rescate, un pago, por la libertad del dios. El gigante exigió a cambio a Idun, guardiana de las manzanas de la juventud eterna. Esta diosa, personificación de la renovación continua de las estaciones, guardaba en un cofre de oro las frutas que cada día repartía entre los dioses para que estos eludieran la mortalidad, la enfermedad y la vejez.

martes, 3 de mayo de 2011

EL NOMBRE DEL VIENTO, de Patrick Rothfuss

He pasado muchos años desligada totalmente de la literatura fantástica. Bueno, no, no exactamente. Seguía leyendo, pero nada nuevo. Cuando me apetecía leer algo de ese tema me limitaba a releer lo que tenía por las estanterías. Eso  hizo que no estuviera al tanto de las novedades, salvo para enterarme de si Martin la había palmado ya antes de publicar el siguiente libro de la saga o si de repente nos sorprendía acabando el que llevábamos años esperando.

Hasta el año pasado en que, de forma totalmente fortuita, tropecé con gente aficionada a este género de literatura y decidí retomarlo, tenía el tema abandonado. Poco a poco voy poniéndome las pilas y voy descubriendo libros y autores que para mí son nuevos, mientras que para la mayoría de los aficionados al género, sobre todo para aquellos más jóvenes que yo (la inmensa mayoría, por no decir todos), y que dominan el inglés, ya es literatura anticuada.

En este renacimiento de mi afición literaria, herencia de una infancia y una juventud algo extrañas, y viendo todos los comentarios elogiosos de este libro en webs, blogs, foros y demás mentideros del fantástico patrio y ajeno, decidí echar un ojo a esta afamada novela, pensando que me había perdido algo meritorio.

La verdad es que me decepcionó bastante. Creo que me podría llevar a pensar que tienen razón aquellos que dicen que no hay relatos nuevos, que todo está ya contado, que lo que vale es la forma de contarlo y de hacer más o menos creíbles e interesantes los personajes y las situaciones. Podría, si no fuese porque sí  he leído algunas de esas historias que cuentan cosas nuevas.

Y esto es lo que me pasa con este libro. Hubo momentos, muchos, en los que pensaba que ya había lo leído, y otros en los que sabía lo que iba a pasar, que lo veía tan predecible y tan manido, que me daba rabia no ubicarlo en una novela determinada, pero no lo hacía, porque solo pensaba en literatura fantástica. Conocía la historia, perfectamente, y conforme avanzaba se me hacía más y más familiar, pero seguía descolocada.

domingo, 1 de mayo de 2011

PANTEÓN GERMANO

Hoy, después de casi un mes sin subir nada por falta de tiempo, que no por falta de ganas, traigo un nuevo artículo de mitología. Las reseñas las dejo para cuando vuelva a leer algo, porque he pasado varios meses en dique seco.

El tema de hoy es una pequeña anotación sobre los dioses, un poco el “Quién es quien” en este universo fascinante e increíblemente rico. Después iré poco a poco subiendo capítulos dedicados a los dioses en solitario, explicando más prolijamente sus funciones, características, hechos y aventuras.

 Espero que lo disfrutéis.

LOS DIOSES GERMANOS

Los dioses Germanos se dividen en dos grandes grupos, como ya comenté en el segundo artículo en el que hablaba de la mitología germana en general, “Mitología germana II” 

Estos dos grandes grupos son los Ases o Aesir y los Vanes o Vaneir. Los primeros se supone que llegaron a las tierras germanas con las migraciones indoeuropeas del segundo milenio antes de Cristo.  Los segundos se supone que eran las deidades primitivas de los pueblos pregermánicos que habitaban el norte de Europa. En las Eddas y en las Sagas los skaldas nos hablan de una guerra librada entre ambos grupos que se salda con tablas, estableciéndose unos tratados de paz con el intercambio de rehenes y matrimonios, acto muy común entre los pueblos germanos.

ASES O AESIR (DIOSES):

Estos dioses representan una cultura más elaborada, con jerarquías sociales y diferenciaciones laborales más establecidas.

Los principales son:

ODÍN:
Rey de los dioses, es un hombre en la plenitud de sus fuerzas, poderoso con barba y cabellos largos, tuerto. Armado de una lanza, se acompaña de dos cuervos (Hugin y Munin, pensamiento y memoria), dos lobos, Geri y Freki,  y un caballo gris de ocho patas, Sleipnir. Posee dos objetos mágicos forjados por los enanos: la lanza Gungnir, y el anillo de oro Draupnir. Es también dios de la magia y la  hechicería, que aprendió de la diosa Freyja. Cuelga nueve días del fresno Ygdrasil para conseguir las runas y dar a los hombres un lenguaje con el que comunicarse por escrito y con el mundo de los espíritus. Así mismo, sacrifica su ojo derecho en la fuente de la sabiduría para obtener el conocimiento de los años, y roba el hidromiel sagrado que da la inspiración a los poetas.