martes, 10 de diciembre de 2013

ROBIN HOOD, EL PROSCRITO


1.                    Datos técnicos
         Título: Robin Hood, el Proscrito
         Autor: Angus Donald
         Nº de páginas: 448 págs.
         Encuadernación: Tapa dura
         Editoral: EDHASA
         Lengua: CASTELLANO
         ISBN: 9788435062008


2.                    Sinopsis
Alan Dale, el joven protagonista de esta novela, se ve abocado a un futuro incierto cuando es descubierto robando y, atemorizado, sus pasos le llevan al bosque de Sherwood, donde entra en contacto con una banda de forajidos cuyo cabecilla, Robin Hood, impone su propia ley: roba a los ricos y a la Iglesia y protege a los pobres; sin embargo, su protección tiene un precio. Un precio que no se paga con dinero, sino con sangre. Los delatores son mutilados, los traidores, asesinados. Nadie escapa a la justicia del temido Robin Hood. Con un más que notable pulso narrativo, Angus Donald irrumpe en el género de la novela histórica con una versión realmente nueva de la figura legendaria de Robin Hood. Duro e implacable, salvaje y vengativo, es muy probable que el suyo sea un personaje mucho más cercano al hombre verdadero que el edulcorado mito tradicional.


3.                    Mi opinión.
Novela histórica ambientada en la Inglaterra del siglo XII, comienza bajo el reinado de Enrique II y nos narra las aventuras de Robin Hood a través de los ojos de Alan Dale, su compañero juglar. Angus Donald intenta transmitirnos una visión del famoso proscrito inglés, más cercana a lo que pudo ser que a las visiones románticas edulcoradas por el cine, que han grabado en nuestras mentes la idea del proscrito caballero que socorre a los pobres y roba a los ricos. Y lo consigue. Su novela es cruda, sórdida a veces, muy realista y muy bien ambientada en una época en la que la vida era dura y la muerte fácil. Es una novela alejada de romanticismos, escueta y directa, que he leído con agrado y he disfrutado bastante.

Muy correcta en el desarrollo de la trama, sin gazapos argumentales, bien documentada y bien ambientada, muestra una estructura tan sólida como coherente. El autor nos sitúa la novela en su marco histórico adecuado, con las intrigas cortesanas imperantes en la obra. Mostrándonos personajes como Leonor de Aquitania y su corte, nos traslada con habilidad a la época. Solo un pequeño error, atribuible más al traductor que al autor, según tengo entendido, me ha llamado la atención: la comparación que se hace del pelo de Marian con el maíz, y el uso de este vegetal en otro momento de la novela.

Es sin duda una buena novela de aventuras históricas, con personajes definidos, descritos adecuadamente, con pocas y precisas pinceladas que no abundan en el detalle.  A pesar de ello, la novela posee un defecto, muy habitual en el género histórico: el autor suele usar a los personajes como medio de contar un fragmento de la Historia; no nos cuenta la historia de Alan, joven campesino hijo de un músico francés, sino que se vale de ella para contarnos la historia de Robin, proscrito inglés. Esto suele ser causa de que me cueste empatizar con ellos, ya que así la personalidad de los personajes queda un poco diluida. Esto no es algo que merme ni su interés ni su calidad, solo es un punto al que yo le concedo mucha importancia y que pocas novelas hoy día alcanzan a satisfacer.

Los personajes son creíbles, eso sí, sus hechos y sus palabras son consecuentes con lo que el narrador nos cuenta sobre ellos, con su sexo, su edad, con la época en que viven y con la clase social a la que pertenecen. Son personajes de su época en los que no chirrían ni expresiones ni comportamientos actuales. En el caso de Marian, personaje femenino atípico en la leyenda que se nos ha transmitido, sabe jugar con esa faceta de mujer de la corte enamorada del proscrito con habilidad, sin caer en pensamientos modernos que nos saquen de la historia ni en romanticismos trasnochados.

Quizá el menos definido, y el más importante, sea el mismo Robin que da nombre a la saga, pero esto es debido a que, aunque se trata de la figura central en torno a la que gira toda la historia, no siempre está presente; ni siquiera tiene punto de vista, al estar narrada en primera persona por el joven juglar.  
Respecto a la estructura, esta novela está muy bien cimentada. Se nota que hay una importante planificación detrás que hace que tenga bases bien asentados en torno a las que se va consolidando de una forma muy profesional. Los capítulos se desarrollan de forma muy acorde con la narración, creando una linealidad temporal que da continuidad a la historia.

Respecto a la coherencia, he de señalar que, salvo la anecdótica mención del maíz, en el resto de la novela  no cabe mencionar nada reseñable. Los personajes son coherentes consigo mismo, sus hechos con sus palabras y con la época y las circunstancias en las que se mueven, dando a toda la novela una alta credibilidad que nos sumerge con facilidad en el ambiente.

El argumento, lleno de vivencias y aventuras, mantiene la tensión de la obra de una forma continua y hace que la acción fluya hacia adelante y nos arrastre en la lectura.

La narración en primera persona por el joven Alan hace que el resto de los personajes se diluyan un tanto, con lo que se pierde un punto importante de empatía. Si el autor quería de esta manera acercarnos a la novela y atraernos, no lo ha conseguido, pues el joven Alan queda un poco plano, y ahí se pierde la capacidad de enganchar al lector que tan importante es en la literatura. Puede que este sea el mayor defecto de una novela que en su factura técnica se puede decir que queda redonda, ya que,  más que acercarnos a la novela, nos aleja como lectores.

Como resumen valga resaltar en positivo la ambientación, la solidez y la nueva visión de la leyenda bajo un prisma realista y duro. También deberíamos valorar en alza la prosa directa y elegante, y el estilo directo y culto que utiliza, al carecer de sobreadjetivaciones, y sin caer en un registro vulgar. Novela histórica sólida, de agradable lectura y suficiente calidad como para recomendarla a quien no esté muy harto de nuevas revisiones de un mito demasiado sobado.

  1.  

sábado, 23 de noviembre de 2013

LA HUELLA BLANCA, de Ana B. Nieto






Con este libro me he saltado a la torera una de mis normas: no aceptar novelas cedidas por editoriales ni por autores para reseñar. No lo hago porque lo primero que me exijo en este campo es honestidad, primero por que creo que el autor se lo merece, y segundo,  yo también. Soy sincera en mis opiniones, pero las opiniones poco favorables sobre lo que uno ha hecho y otros, a veces, han alabado, no siempre son bien recibidas y la gente se suele molestar. No tengo tiempo ni ganas de conflictos, por lo que solo reseño lo que me apetece y cuando me apetece.


Pero hace unas semanas, no muchas, recibí un correo. Era una joven autora que me felicitaba por la vuelta de la actividad al blog y me decía que hacía tiempo que me seguía. Comentaba que le interesaba mi trabajo porque veía que teníamos gustos comunes, lecturas afines,  y quería que le diera mi opinión sobre su novela, tanto como experta en literatura como conocedora de la mitología celta. El tono tan educado, elegante y cortés, además de la obra en sí (el periodo histórico y la cultura que trata me fascinan), me sedujeron. Decidí hacer una excepción, y le avisé de que, cómo no, mi reseña iba a ser totalmente sincera. Si su novela tenía deficiencias iba a señalarlas, al igual que las cosas positivas que encontrara.

Cuando poco después recibí el paquete, quedé totalmente enamorada de la delicadeza de los detalles que acompañaban al libro: el envoltorio con adornos de hiedra, un cordel de cuyo nudo pendía una triqueta, un colgante en forma de trísquel, una pequeña libreta de notas con la tapa grabada con el nombre de la novela, una carta, y el libro, en tapa dura con sobrecubierta publicado por Ediciones B.


Pero todos estos detalles no han influido en mí para nada a la hora de dar mi opinión sobre la primera obra de esta joven autora. Aquí está y espero que os ayude a decidiros si tenéis dudas sobre si leer o no el libro.

RESEÑA

 DATOS TÉCNICOS
•     Título: La huella blanca
•     Editorial: Ediciones B.
•     Nº de Páginas: 512
•     Autor: Ana B. Nieto
•     Idioma original: castellano
•     Año de publicación: 2013
•     ISBN: 978-84-666-5303-9


     SINOPSIS
«Cuando Bróenán decide llevarse a Ciarán, el último niño de una tribu enemiga, quebranta con ello todas las normas humanas y divinas de su pueblo.
Este «niño robado» alcanzará la adolescencia ignorando sus orígenes y esperando el momento de casarse con Olwen, su amor desde la infancia. Cuando el secreto por fin se revela, marchará al exilio como pirata y capturará al muchacho que un día será san Patricio.
En su empeño por estar juntos, sin embargo, Ciarán y Olwen desafiarán a sus tribus, sus dioses y sus destinos, en una aventura que los llevará hasta las islas de Arán, en los confines del mundo.
Una novela sobre el canto del cisne de un mundo antiguo, dominado por las diosas madres, y su difícil encuentro con el cristianismo y el Medievo.»



     MI OPINIÓN: 
Esta novela me ha causado muy grata impresión, debido sobre todo a la alta calidad literaria de su autora. Su prosa cuidada y culta y su estilo, en ocasiones poético, hacen que su lectura sea un ejercicio literario de lo más agradable.

 Se trata de una novela histórica ambientada en la Irlanda del siglo V. Aunque trata sobre la relación entre dos jóvenes, no podemos decir que se trate de una novela romántica tal y como se entiende hoy día, sino más bien de la historia, sobre todo, de un hombre que vivió en esa época, su vida, sus anhelos y la búsqueda de su identidad. Esto la convierte en una obra más al uso de los grandes clásicos de aventuras que de las obras históricas propiamente dichas, más centradas en narrar un hecho histórico señalado.

La temática principal de la obra es el amor, y cómo el fracaso de este puede llevar a decisiones erróneas que cambien la vida y dominen el destino de una persona. Otro gran tema es la cristianización de la isla, que está todo el tiempo presente, sobre todo desde su punto central de inflexión. Pero es un tema que si bien está latente, no acaba de verse y comprenderse en profundidad, y es tratado de una forma muy superficial. El uso del narrador omnisciente, oportuno y desarrollado de una forma fluida, da mayor flexibilidad y permite una mayor facilidad a la hora de narrar las vivencias de los hombres y mujeres que pueblan sus páginas.

Su principal protagonista es Ciarán, un joven adoptado por el jefe/rey de la zona, rebelde y enamorado desde la infancia de Olwen, una de las jóvenes de la aldea. Este joven está muy bien dibujado, muy bien definido como persona, pero su comportamiento adolescente no está bien explicado, no se le ven motivos suficientes para actuar como lo hace.

El otro principal protagonista es Olwen, la niña de la que se enamora y con la que se crea el conflicto sentimental. Este personaje queda desdibujado, un tanto plano, sin que se le llegue a conocer en profundidad ni sus sentimientos ni sus motivaciones. Lo intuimos por lo que nos dice el narrador, pero no por lo que nos cuenta ella, quedando así aislada del lector, como ajena a la historia.

El resto son secundarios y, como tales, no están bien dibujados. Quedan un poco al margen, no hay ninguno que te haga empatizar con él. Quizá sea esta la mayor pega que puedo ponerle a la novela, ya que a pesar de ello, la autora consigue alejarse bien del maniqueísmo, y sus personajes, a pesar del poco volumen que alcanzan, tienen matices variados y todos resultan muy creíbles, coherentes y no hay situaciones que nos rechinen.

Los diálogos son adecuados al tipo de narración y ni resultan excesivos ni escasos. Quizá la carencia de agudeza o de mayor presencia de Olwen en ellos sea lo que le da esa mayor sensación de lejanía con el lector.

Respecto a la técnica literaria, la autora la domina muy bien. Nos encontramos aquí con una prosa rica y cultivada, en algunos fragmentos incluso poética. Y a pesar de ello podemos destacar la fluidez y la belleza del estilo que hace que esta novela se lea con facilidad y con mucho agrado. Podemos decir que este es uno de los puntos más fuertes de esta autora novel, muy llamativo y para el lector que aprecia la buena literatura, altamente atractivo.

Así mismo, la coherencia interna de la obra, la estructura y el ritmo llevan al lector casi en volandas por las páginas. Resulta una obra muy bien estructurada, bien urdida, sin incoherencias. La tensión se mantiene a lo largo de toda la novela hasta acabar en un clímax final que culmina en un pequeño epílogo.

Narrada en un registro educado sin ser en exceso culto, la autora domina con gran soltura un vocabulario muy amplio, mostrando una riqueza importante, sobre todo en vocablos propios de ese tiempo y  lugar, si bien abusa un poco de las notas al pie de página. Es de mencionar la fantástica ambientación que hace de la época, y aunque al principio hay un cierto toque docente, desaparece con rapidez, atrapa al lector y lo sumerge con habilidad en la sociedad rural de la Irlanda del siglo V. La autora no se vale de largas y densas descripciones ni de lugares ni de personas, lo que agiliza mucho la tarea del narrador omnisciente que domina toda la obra. A pesar de no ser descriptiva, consigue ofrecer una imagen nítida de paisajes y personajes a base de pinceladas.

En resumen, una preciosa y delicada novela histórica, de corte clásico, que evoca el género de aventuras del SXIX. Si bien tiene alguna carencia, sobre todo en cuanto al tratamiento de algunos personajes, podemos hablar de una buena novela que nos traslada con habilidad a una época y lugar muy diferentes a los que estamos acostumbrados. Más orientada a un público femenino que masculino, más adulto que juvenil, creo que hará las delicias de cualquier lector al que le guste la buena prosa y la recreación de ambientes pretéritos, aunque se sitúe alejada de grandes hechos históricos, batallas, y regios personajes.





viernes, 15 de noviembre de 2013

GRACIAS POR VENIR

Hace ya dos años y medio que empecé el blog. Lo hice con mucha ilusión, con muchas ganas de contar cosas a los demás sobre los dos temas que más me apasionan: las historias nuevas bien contadas y los mitos, esas historias viejas, contadas desde hace muchos años, una y mil veces y de mil maneras diferentes.

Desde entonces mi vida ha sufrido unos cambios muy profundos. Me quedé en el paro, he vuelto a trabajar (en cuatro puestos diferentes y a cada cual más estresante); los trabajos de corrección y lectura profesional son cada vez más, y más interesantes; he presentado libros, he asistido a jornadas y las he organizado; soy miembro de un grupo literario; he dado charlas, participado en mesas redondas; hasta he hecho mis pinitos en un medio en el que jamás pensé que estaría, como es la radio… Y, mientras tanto, he subido de vez en cuando algunas cosillas al blog: artículos sobre mitología, reseñas de libros que leo, algún que otro homenaje y algunas (pocas) historias personales. Han sido 42 las entradas que he escrito, casi a una por mes. Muy poco para la mayoría de los blogs, cierto. Pero hay que tener en cuenta que no me gusta mucho escribir. Lo mío es leer.

Y a pesar de que me cuesta escribir muchísimo más de lo que me cuesta leer cualquier mamotreto, hoy he decidido hacerlo porque es un día especial. Hoy el blog se hace mayor de edad, y regresa, tras un periodo de ausencia, con más fuerza que nunca, con la fuerza que me dan esas 100.000 visitas.

No lo entiendo, la verdad. No entiendo cómo con solo 42 entradas, un tanto extrañas ellas, escritas, no al amparo de la última publicación editorial de éxito, ni tras el último tema del momento, sino simplemente contando lo que me apetece, cuando me apetece, interesa a tanta gente.

A todos ellos, a esas 100.000 personas que se han asomado a esta ventanita, solo puedo decirles una cosa:





Y prometerles que seguiré en la misma línea. Eso sí, aumentando y mejorando poco a poco, porque toda esa gente que se asoma, que comenta las entradas y que cree que el mío es un blog digno de seguirse, lo merece. 


http://youtu.be/6YbEh_hT1Aw

domingo, 10 de noviembre de 2013

HADAS QUE MUERDEN, de Ana Martinez Castillo


Hace algún tiempo, unos dos años, una chica a la que no casi conocía me pidió en un foro si podía leer una historia que había escrito y darle mi opinión. Se trataba de un cuento, para público infantil, pero tenía miedo de que fuera muy oscuro, muy tétrico para niños.
Yo tengo dos hijos, pero reconozco que no están en lo alto de la campana de Gauss en lo que a normalidad se refiere, ya que el teleñeco favorito de uno de ellos era el Conde Vampiro y el del otro, Animal. Fanáticos de El Pequeño Vampiro, todo lo que fuera tétrico y oscuro les fascinaba desde pequeños. Yo creo que los niños sienten atracción por el mundo mágico y los seres oscuros les encantan. Somos nosotros los que les metemos miedos, pero eso forma parte de teorías psicológicas en las que no me voy a meter. Ellos ven como natural cosas que  a los adultos, ya condicionados, nos repelen. Como muestra, venga la anécdota que una amiga me contaba sobre cómo le había dictado su sobrino de tres años la carta a los Reyes Magos:
«—Quiero un tiburón grande con dientez muy grandez. Y un dinozaurio con dientez muy grandes. Y un león con dientez muy grandez. Y un bebé.
»—¿Para que quieres el bebé, Daniel?
»—Para que ze lo coman, tía, para que ze lo coman.»
Viendo ejemplos de cómo reaccionan ante lo oscuro y cómo esto les atrae, no creo que haya cuento tétrico que, bien contado, no les entusiasme. Le conté lo que pensaba, pero la escritora seguía teniendo serias dudas sobre si su historia funcionaría.
Se daba la circunstancia de que mi hermana es profesora de primaria, y me ofrecí a que lo leyera y se lo enseñara a sus compañeros de trabajo, para recabar su opinión. Ana me lo envió, yo lo leí, lo disfruté y se lo pasé a los maestros. Cuando volví a hablar con la autora, le dije que había habido unanimidad. El cuento era muy bueno. Muy tétrico, sí, pero enganchaba y emocionaba desde el primer momento, sin quedar ni edulcorado ni en exceso sangriento.
Ahora me entero de que por fin va a ver la luz y va a ser publicado. Me alegro mucho por la autora, y también por todos esos niños que podrán leerlo y añadirlo a su imaginario, a su vida. Sé que esas Hadas que muerden les acompañarán siempre. Espero que esto solo sea el principio para esta estupenda escritora y que nos regale muchas más joyas como esta.
Tras esta introducción, y aunque no sea algo que se suele hacer, voy a publicar su reseña. Quiero que la tenga ya antes de salir al mercado.

Hadas que muerden

Autora: Ana Martínez Castillo 
Ilustraciones: Tania Coello
ISBN: 9788494133251
112 páginas
Rústica con solapas
Colección Liliput nº1
Novela infantil fantástica
Precio: 8,95€

Sinopsis:
Imagina pedir un deseo y que este se cumpla. Imagina además que tu deseo invoca a un hada, y que ese hada no es ni remotamente como imaginabas. Porque existen hadas negras, de naturaleza oscura, que habitan los bosques, que se alimentan de arañas, y que siempre, siempre, tienen hambre. Piénsalo muy bien antes de invocar a un hada. Porque puede que acuda a tu llamada y no tenga intención de marcharse jamás.

Mi opinión:

Es un cuento sencillo, bien hilado, bien estructurado, muy bien desarrollado, que mantiene el interés de la historia. Esta no peca en absoluto ni de moralinas ni de ese tono de superioridad que muchas veces se ve en los textos escritos por adultos para niños, a los que los consideran tontos.
Lectura agradable para todos los públicos, sus personajes son vivos y reales, extraordinariamente creíbles, uno de los puntos fuertes del cuento. Está contado con una técnica muy buena, con un gran dominio del lenguaje, del vocabulario, de la gramática y la ortografía. Poca corrección fue necesaria en la primera lectura, por no decir ninguna. Respecto a su estilo, sencillo y directo, no cae en la parquedad ni en la pobreza, a pesar de ser muy adecuado a la edad a la que va dirigido. Consigue no caer en una técnica excesivamente simplona y rasa, está muy bien equilibrado.
Tienen una estructura muy bien organizada. Se ve que está bien planificado y bien elaborado en una línea temporal. El relato se desarrolla de una forma óptima,  con una estructura clásica —presentación, nudo, desenlace—, armoniosa y bien desarrollada. Su ritmo ágil y ligero engancha y hace que se lea en un momento. Y por supuesto nos deja con ganas de más, pues su verosimilitud es mucha, no hay detalles que chirríen, consigue meterte de lleno en la historia y suspender nuestra incredulidad completamente.
Es, en suma, un precioso cuento que hará las delicias, sobre todo, de las pequeñas lectoras. Más orientado a las niñas que a los niños, puesto que su protagonista es una niña, y les resulta más fácil identificarse con ella, es un libro perfecto para regalar. Y si la niña no es lectora, gracias a cuentos como este puede acabar siéndolo. Es de esos libros que despiertan la afición por la lectura.

Seguiremos pendientes de esta nueva escritora, Ana Martínez Castillo.   
En su blog La hermana cruel podéis encontrar el primer capítulo para leerlo y ver el desarrollo, paso a paso de la portada. Espero que lo disfrutéis. 

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA NOCHE DE LAS ÁNIMAS

Es curioso, pero en el pueblo donde nació mi madre, una aldea que jamás ha pasado de unos pocos cientos de habitantes, perdida en la sierra de Javalambre, había antiguas tradiciones y leyendas que me contaba mi abuela cuando yo era niña. La buena mujer nació en las postrimerías del siglo XIX, y poco sabía ella de costumbres allende los mares, pues en esa época ni siquiera la luz eléctrica había llegado a su hogar.

Yo pasaba con ella los veranos, y a la luz de la chimenea me contaba historias y cuentos. Le encantaban todas aquellas que tuvieran presencia de brujas, trasgos, muertos y aparecidos. Su voz grave y cavernosa, su cuerpo pequeño, siempre cubierto de negro, y los gatos que se arracimaban junto a sus pies hicieron que lo que a otros niños les daba miedo a mí me diese sensación de hogar y seguridad.

Ella me contaba siempre que la noche de las ánimas, la que iba antes del Día de Todos los Santos, los espíritus de los muertos salían del purgatorio y visitaban a sus familiares. Esa noche no se debía salir de casa, pues se corría el riesgo de que los muertos se te quisieran llevar. Si tenías que hacerlo te debías vestir con mortajas, cubrir tus cabellos de ceniza y simular que eras uno de ellos. La tarde anterior se debían preparar dulces, que se dejaban junto a la puerta o en el alfeizar de la ventana, por si venían de visita los fieles difuntos y así poder agasajarles. Si alguien, en esa noche, acudía a casa de algún vecino, siempre era recibido con pastas caseras, por si era un espíritu que hubiese tomado la forma de un vivo. Habitaban con nosotros el día de Todos los Santos, y el tercer día, el de Difuntos, íbamos a despedirlos, hasta el año próximo, al cementerio. Allí había que dejarles una ofrenda de flores, pues es lo que más añoraban allí donde estaban: los colores alegres, en ese mundo triste y gris.

Por eso, cuando la gente abomina de la fiesta de Halloween, creo que lo que sucede, es que se han olvidado muchas de las tradiciones propias, pensando que son extranjeras y ajenas a nosotros aquellas que regresan remozadas por el largo viaje realizado. ¿Qué son las chuches de hoy día sino los huesos de santo de antes, cuando solo había mazapán para endulzarnos? Y lo de las calabazas… toda la vida se han comido en Valencia el «arrop y tallaetes», postre empalagoso hecho de calabaza cocida en mosto de uva dulce alcalinizado con cal. No en  vano el otoño es época de calabazas, y su origen es puramente mediterráneo.

Por otra parte, siempre se han encendido velas en honor a los difuntos, y se han dejado encendidas junto a las ventanas para para guiarlos hacia su hogar. Que en algún sitio se les ocurriera usar la piel de la calabaza para hacer farolillos que las protegieran de las corrientes de aire no es nada extraño.

Respecto a los disfraces… poca diferencia hay entre vestirse de fantasma o de zombi y cubrirse con mortajas para simular que eres un ánima del purgatorio.



Nuestra vida, nuestra cultura, evoluciona y aquí somos de un carácter tan especial que nos encanta adoptar todo aquello que nos suena a fiesta, sea del tipo que sea. Hoy en día todas las fiestas están perdiendo su sacralidad, sea esta cual sea, y van adquiriendo cada vez más un carácter lúdico, más acorde con los tiempos que vivimos. Hoy las supersticiones antiguas y la religión van dejando paso  a otras costumbres, ni mejores ni peores, solo cambiadas, pues como decía Heráclito, todo fluye, nada permanece. 

viernes, 27 de septiembre de 2013

MVNERA HISLIBRARIA

Tras un parón debido a un cambio de vida que me ha obligado a reestructurarme mentalmente, retomo el blog con más fuerza y con más ganas que nunca.  

Para ello nada mejor que colgaros aquí mi primer relato, la primera narración que escribo. La desarrollé para un concurso que organizaron en Hislibris. Se proponían unas líneas y a partir de ellas se tenían que escribir un máximo de quinientas palabras. Desde ese día creo de verdad en las musas, porque varios días después de que se colgara el concurso, por primera vez en mi vida, oí una vocecita que decía: «¿Y si hubiese pasado así…?»  y vi ante mí algo digno de contarse. Mucho más complicado fue contarlo, claro, y no sé ni cómo fueron hilvanándose las palabras, unas detrás de otras. Por supuesto, se lo di a leer a algún que otro amigo antes de enviarlo al foro, gente de total confianza y versada en letras. Cuando uno escribe, soy la principal convencida, se pierde toda perspectiva y se necesita un ojo o dos exterior. (Gracias por la ayuda, chicos.) Y más siendo la primera vez en mi vida que me planteaba contar algo de ficción.
La conclusión es que mi relato gustó a los jueces y hubo un triple empate, por lo que LG Morgan tuvo que trabajar triple para otorgar el premio: un relato protagonizado por un personaje que representara al ganador. En este enlace a su blog podéis ver el magnífico premio recibido, un relato que me encanta. Creo que todos adivinaréis en seguida cual es mi personaje.

El tema del concurso era «Dido y la fundación de Cartago». Me puse a ello… y esto es lo que salió (en cursiva está el texto que nos daban y a partir del cual debíamos desarrollar nuestro relato):

—No te apenes, hermana mía, construiremos en esta tierra lo que nos fue preciso abandonar. Levantaremos un nuevo mundo en honor de los pasados días, aquellos que nos arrebató su codicia. Y lo llenaremos de la gloria y el honor que él despreció, de los afectos perdidos y de nuevas esperanzas.
»Y ahora sigue, no te detengas, corta pequeños pedazos de esta piel de buey, porque ella decidirá cuánta tierra haremos nuestra.


Sentía caer las lágrimas mientras asía con firmeza el cuchillo ceremonial, pequeño, de hoja ancha y muy afilado. Era perfecto para desollar un cuerpo cuya sangre no había empapado la nueva tierra que estaban obligados a habitar. Al menos su piel cimentaría unos muros fuertes y sólidos que cobijarían a la pequeña hueste que le había acompañado en su huida. Cayó de rodillas sobre la arena del desierto y sintió como le abrasaba la piel. Apretó los dientes en un esfuerzo por reprimir la náusea. El cadáver comenzaba a descomponerse.
Cortó fibras, se ayudó del puño cerrado para despegar el músculo, blando y flácido, y se afanó en separar, cuidando de no romperla, la piel frágil, quebradiza.
El sol se alzaba. La brisa suave del mar acariciaba sus cabellos, los despegaba de su frente sudorosa y agitaba la piel desollada que pendía ahora de la nuca. Había conseguido desprenderla en una sola silueta, una lámina fina que bailaba al ritmo del viento, la esperanza y el hedor a podredumbre.
Dudó. Su dolor era grande, pero de su entereza dependía la suerte de su gente. Se secó los ojos arrasados en lágrimas y con un gesto indicó a sus hombres que separaran la cabeza del cuerpo. Este ya no era más que un despojo.
Extendió la piel sobre una tabla ancha del barco y fue contorneando la silueta con el cuchillo para separar un largo fragmento de apenas una uña de grosor. Ana tomó el extremo y comenzó a andar por el pie de la loma hacia la otra punta de la playa.
Poco a poco, ante los atónitos ojos del rey Jarbas, una fina cuerda de piel se extendió desde el ara de la diosa, trazando un amplio semicírculo de más de mil pasos, hasta donde habían erigido, nada más llegar, el pequeño altar en honor de Melkart, llamado en su tierra Baal, el dios becerro.
Tal como Dido temía, no llegaría a cercar la tierra precisa si no usaba también la piel de la cabeza. La tomó entre sus manos con un sollozo, la dejó reposar sobre el cuello cercenado y la despojó de los cuernos bañados en oro que daban forma a su tocado sacerdotal. Un gesto airado sirvió para arrojarlos sobre la arena. Pequeñas gotas de sangre surgieron en sus labios, allí donde clavaba los dientes con furia. Sus dedos se volvieron blancos cuando asió de nuevo el cuchillo, pero su mano no tembló cuando, acariciando más que cortando, empezó a desprender de sus huesos la amada cara de su esposo Siqueo.


sábado, 20 de abril de 2013

EL HOMBRE IMAGINADO. De monstruos, héroes y estrellas

Datos técnicos:
  • Título original: El hombre imaginado.
  • Autor: Jose Ignacio Becerril Polo
  • Editorial: Draco Ediciones
  • Idioma original: Español

Sinopsis:

Nachob ha hilado un tapiz lleno de historias donde nos muestra a los monstruos y los héroes que subyacen bajo nosotros y también nos invita a mirar hacía las estrellas. Con su estilo directo y sus magistrales giros argumentales, El hombre imaginado será el libro del que todo el mundo hablará en poco tiempo. Aquellos que conocen su obra ya saben todo lo bueno que pueden esperar de él y, para los que no, sólo puedo decir que les envidio: Me encantaría poder leerle de nuevo por primera vez...

Crítica:

El hombre imaginado. De monstruos, héroes y estrellas. No sé qué me gusta más, si el título o el subtítulo. Ambos son adecuados. El primero porque si de algo puede hacer gala este autor es de una portentosa imaginación que nos muestra en este libro al visualizar al hombre en múltiples facetas. El segundo… el segundo resume el libro en tres magníficas palabras: monstruos; muchos, demasiados, pero a veces no sabes en realidad dónde están realmente, si a un lado o a otro de la fina línea que separa un punto de vista de otro. Respecto a los héroes… otra vez la misma dicotomía ¿Quién es en realidad el héroe? ¿el que lucha o el que resiste? Y las estrellas… como los ideales, están ahí: no podemos alcanzarlas, pero nos muestran el camino.

Muchos de los relatos que nos encontramos no sabemos cómo encauzarlos, donde englobarlos… ¿monstruo o héroe? Y aunque no sepamos qué tiene que ver una batalla espacial con un hombre solitario y un periódico, esa relación está, existe y es lo que une y da coherencia a toda la antología.

Se compone de diecinueve relatos y a su vez se divide en tres partes bien diferenciadas, si hacemos caso al índice. Pero si leemos los cuentos siguiendo el orden del autor vemos que se mezclan siguiendo una curiosa evolución de la humanidad de los personajes, así como la cronología en la que fueron escritos. La división del índice se realiza por la temática: De monstruos, con siete relatos, De héroes, con tres (dos de ellos, Horda y El corazón del héroe, son los más largos del libro), y De estrellas, con nueve.

Aunque cada parte trata en realidad un género (fosco la primera, épico la segunda y ciencia–ficción la tercera), todos tratan en realidad del mismo tema: el hombre. Esto es una constante en la obra del autor. Ya lo vimos en la primera antología que publicó, El monstruo en mí, en la que, a través de sus relatos, va dando diferentes visiones de los monstruos que podemos llevar en nuestro interior y lo fácilmente que este se camufla en nuestra sociedad humana. Ahora, el autor, valiéndose de estos relatos, nos muestra diecinueve hombres imaginados, diecinueve vidas que, en realidad, son muchas más, pero todas ellas con un denominador común: la fantasía en estado puro, una imaginación desbordada que nos lleva desde la guerra de Troya hasta el último confín de las estrellas.   

Si hablamos de estas vidas, pasamos a hablar de lo que, sin duda, es uno de los mayores puntos fuertes de este escritor: sus personajes. Ignacio Becerril llama la atención, como autor, por ser capaz, sobre todo, de hacer que creamos que nos está contando la historia de unas personas tan reales, tan vívidas y tan normales como cualquiera de nosotros, por muy extraña que sea la historia que nos cuenta. Nos presenta seres de carne y hueso, aunque se trate de un vampiro, de un sádico, de un suicida, de un asesino en serie o hasta de la misma muerte. Esa forma que tiene de hacernos totalmente creíbles los personajes es algo que también cohesiona la antología. Pero además, hace que en cada relato, al terminarlo, nos quedemos con ganas de más. Solo algunos de la parte de Ci-Fi resultan más planos, más anodinos, pero son pocos relatos y se ven pronto eclipsados por la historia en sí.

Para hablar de este libro con más detalle y comentar los relatos, vamos a seguir el índice,  y no el orden propuesto por el autor.

De monstruos: Ambientada en la actualidad, en esta parte, con algunos relatos sin componente fantástico, es en donde vemos su gran maestría a la hora de tratar a los personajes.

  • El encuentro: El primer relato que nos encontramos, uno de los más breves de la antología, nos cuenta el reencuentro de dos antiguos amigos de infancia. Su final, en parte previsto y en parte sorprendente, ya nos plantea una reflexión sobre el ser humano, sobre la gente que consideramos extraña, distinta. Y nos la muestra siempre con algo que a Nacho le sobra a la hora de tratar a sus semejantes: la ternura.
  • No hay prisa: En el segundo relato juega con la casualidad, la causalidad y las consecuencias que ambas pueden producir, no solo en nuestra vida, sino en todas aquellas que se pueden relacionar con el suceso en cuestión. No hay componente fantástico aquí, salvo esa mágica situación que es el azar, que tantas veces se da en nuestras vidas. Otra vez Nacho es capaz de sorprendernos, de atraernos a su juego y hacernos caer en sus redes con gran maestría.
  • Dios es un cruel amante: El tercero es uno de los más emotivos y tiernos, a la vez que desgarradores, de toda la antología. Esos hombres y mujeres imaginados se nos muestran tan reales que hacen que la fantasía sea algo tan natural que la aceptamos completamente, y a la vez, nos duelan en lo más hondo. 
Quizá una de las grandes virtudes de esta antología sea suspender nuestra incredulidad hasta el punto de que encontremos lógico el elemento fantástico, incluso en aquellos relatos que no lo tienen.
  • El odio: Si en el relato anterior Nacho nos hablaba del amor, en este nos habla del odio, pero de una forma interiorizada, tan real, tan cotidiana, que consigue hacer que empaticemos con cada uno de los actores de este drama que, como casi todos en la antología, tiene su punto irreal, sorprendente, capaz de dejarnos con el alma en vilo mientras lo asimilamos.
  • Ratas: Este quinto relato, quizá el más estremecedor y sórdido de todos, es otro de los que carecen de ese elemento sobrenatural, pero que no lo necesita para sobrecogernos y mostrarnos que la realidad puede, muchas veces, superar cualquier ficción. Aunque sabemos que es una historia imaginada, un hombre imaginado, la habilidad del autor es tal que nos lo hace perfectamente creíble. Y eso es lo que hace que se nos ponga todo el vello de punta al leerlo.Y si, vuelve a hacerlo. consigue sorprendernos de nuevo, atraparnos en su mundo y sumergirnos por completo en él.
  • Vlad: Como cualquiera imaginará al ver el nombre, este relato, uno de los más largos, recrea el mito del vampiro, pero desde un punto de vista original, nuevo y muy bien desarrollado. Precioso enfoque que nos plantea casi más incógnitas de las que nos resuelve.
  • Nadie es inocente: Con este relato se cierra la primera parte, ambientada en el mundo actual. Este es el último en el que no aparece el componente irreal, sino que nos narra una historia que podría ser verdad. Y eso es lo que la hace tan terrible y lo que hace firme el título de esta parte de la antología: ¿Quién es el monstruo en realidad? Porque… ¿Cuál es la realidad?

De héroes: Tres magníficas historias, narradas de una forma magistral.
  • Donde anidan los mirlos: El primero de los relatos épicos es una preciosa historia que nos plantea quien es en realidad el verdadero héroe. Intenso, evocador, otra vez hace gala de la ternura al tratar y definir de forma asombrosa a sus personajes.
  • Horda: El relato más largo de cuantos componen esta antología, y puede que el más elaborado ya que es en sí una pequeña novela corta que nos relata toda la epopeya de un pueblo. Angustioso, nos hace sentir la presión que debieron sentir los protagonistas del mismo.
  • El corazón del Héroe: precioso relato ambientado en la guerra de Troya con Héctor y Aquiles como protagonistas, nos cuenta una hermosa, tierna y emotiva visión de ambos héroes. Aquí nos muestra la fuerza con que Nacho es capaz de, con cuatro pinceladas, crear unos personajes que se salen del papel para, al igual que todos los de los demás relatos, configurarse en personas de carne y hueso a las que les pasan cosas que el nos cuenta. 

De estrellas: Esta parte la forman los relatos de ciencia-ficción, o de anticipación, si preferimos llamarlos así, ambientados en múltiples futuros. Es quizá la parte más floja en cuanto a calidad literaria, pero sigue siendo interesante por las paradojas que expresa y por las reflexiones que nos presenta valiéndose de los cuentos fantásticos que narra.
  • Se le oía cantar: Con este relato se inicia el capítulo dedicado a la ciencia ficción. Es un relato duro y triste, melancólico, como muchos de ellos, con un giro amargo que nos da una visión dura de la vida, pero que siempre nos muestra lo que la humanidad puede dar de si.
  • El tirano: relato de aventuras que juega con la idea de una evasión continua y perpetua, y que nos hace plantearnos muchas de nuestras ideas sobre el ocio.
  • As time goes by (el dolor no es bueno): Relato sencillo, lleno de guiños y de alusiones, nos dibuja una sonrisa en los labios, como muchos de ellos, con la sorpresa final.
  • Una decisión lógica: relato corto y preciso, que nos muestra el valor de la lógica y los riesgos de la programación.
  • La mala hierba: Otra muestra de la lógica y la programación,
  • Mundo humano (Almas de metal): relato de aventuras en la más pura línea de la aventura espacial, como todos, con su moraleja, con su pequeña dosis de reflexión.
  • Evolución: Relato casi entre la ciencia ficción y lo onírico, con profundas reflexiones sobre el ser humano en solitario y en conjunto.
  • Invasión: otro relato de ciencia ficción, en este caso que se plantea las paradojas espacio-temporales.
  • Al otro lado del espejo: Preciosa reflexión sobre la guerra y el concepto del «enemigo»

Todos estos relatos los encontramos narrados con una prosa muy cuidada, muy delicada y elaborada, aunque el estilo sea, en la mayoría de las veces, sencillo, aunque no plano. Hay mucha diferencia entre las diversas partes. En la primera parte, la prosa es cuidada, aunque sencilla, y el estilo, simple y directo, hace que la lectura sea ágil, dinámica y de calidad. En la segunda parte nos encontramos con una prosa mucho más elaborada, mucho más rica, con más matices literarios, pero que ralentiza un tanto la lectura, de una forma consciente, haciendo que el estilo, más depurado y cultivado, nos ofrezca una lectura pausada, para saborearla. En la tercera parte, la prosa decae bastante y el estilo, aún más sencillo que en la primera, hace que nos encontremos ante la parte más floja, literariamente hablando, de la antología.

Lo que destacaría como positivo de esta antología son tres cosas fundamentales. En primer lugar, la variedad de relatos de temáticas diferentes, que hacen que el lector no se aburra y siempre quede con ganas de más. En segundo lugar, la importante calidad literaria en su conjunto. En tercer lugar, sobre todo, las reflexiones sobre la vida, y sobre el ser humano.

Lo que destacaría como factor más negativo es la gran diferencia de calidad que hay entre unos relatos y otros, siendo el final, la parte de ciencia-ficción la que más cojea. Es un defecto que se hace sentir bastante ya que, al estar todos colocados en la última parte del libro, producen un efecto un tanto negativo en el lector.

A pesar de este punto es una antología de relatos fantásticos de gran calidad, con la que podemos disfrutar de una lectura agradable y que, sin duda, nos va a hacer reflexionar en más de una ocasión.


Sobre el autor:

José Ignacio Becerril Polo, Nachob, Zaragoza 1966.
Padre de familia feliz y escritor aficionado, muy aficionado a escribir, lleva desde 2006 publicando y compartiendo sus cuentos e historias en diversas páginas de internet con mayor o menor fortuna. Ha tratado de participar también en el mayor número de certámenes, antologías y publicaciones que ha podido, con relativo éxito. En todo caso, no se puede quejar porque el viaje ha sido divertido y ha conocido muy buena gente.
Como resultado de su primer año literario se autorregaló un recopilatorio titulado Un año de palabras, que a juicio de sus selectos lectores tiene casi tantos aciertos como ausencias de tildes. Tantos, que unos editores alocados no pudieron soportar semejante despropósito ortográfico y decidieron tomar cartas en el asunto, corrigiéndolo en forma y aumentándolo en fondo hasta crear El hombre imaginado, un recopilatorio excesivo a todas luces. Además ha publicado con la editorial Saco de Huesos otro recopilatorio, El monstruo en mí, que ha sido premiado como mejor libro de relatos de 2011 por Cultura Hache y quedó finalista el mismo año en las categorías de relatos y mejor relato en los premios Ignotus y Nocte.





miércoles, 6 de febrero de 2013

LA HERMANDAD DE LA NIEVE


   Datos técnicos:
  • Título original: La hermandad de la nieve
  • Autor: Jose Vicente Pascual
  • Editorial: Evohé
  • Idioma original: Castellano
  • Nº pág.: 352
  • ISBN: 9788415415220
  • Portada: Sandra Delgado

 Sinopsis:
«Álvaro de Bayos fue mi abuelo, y muy rico se hizo en Granada con la Hermandad de la Nieve. La fundó al año y tres meses justos de que sus majestades católicas recibiesen las llaves de la ciudad por manos del último rey moro...
»Mi abuelo nunca supo escribir ni leer, pero de números sabía y de nieve más que nadie. Por eso juntó tanta fortuna».
Este es el comienzo de La Hermandad de la Nieve, saga familiar de «los neveros», un gremio dedicado al oficio del hielo y de transportar nieve desde las alturas del Muley Hacén a Granada.
La Hermandad de la Nieve no es una historia de grandes héroes, reyes, conquistadores y príncipes. Sus protagonistas son simples hombres y mujeres valerosamente entregados al afán de vivir. Ganarán su fortuna mediante un duro trabajo en lucha con la montaña y sus nieves perpetuas, se convertirán en personas respetadas, incluso temidas; y vivirán sus pasiones con intensidad propia de una estirpe de supervivientes. Durante tres generaciones que abarcan todo el siglo XVI, el gremio de neveros afrontará, además, las tremendas convulsiones sociales que padeció el reino de Granada, donde cristianos y moriscos acabarían dirimiendo sus diferencias en una crudelísima guerra civil.
El amor y el deseo, la ambición y la codicia, la bondad y el ansia de poder recorren esta novela como un susurro enredado con los vientos gélidos de Sierra Nevada, escenario sobrecogedor que puede ser tan bello como terrible, tan colmado de vida como apetecido por la muerte. La Hermandad de la Nieve es el misterio de Granada explicado sólo por quienes pueden hacerlo: aquellos que la hicieron y vivieron y nunca la poseyeron.

  Opinión personal
Tenía ganas de leerla, pues la recogida y venta de la nieve fue ocupación de mis antepasados y los neveros, llamados en mi pueblo «ventisqueros», lugar de juegos habitual en mi infancia (ora fuerte asaetado por los indios, ora circo romano donde luchar contra fieros gladiadores). Por ello, la idea de una novela que narrara las andanzas de una cofradía dedicada a ese oficio en la Granada de la conquista había despertado mi curiosidad. Y la verdad es que ha sido sobradamente satisfecha. Esta novela me ha fascinado. Pero ya no ha sido por la historia que cuenta, que sí, es interesante, compleja y muy bien tramada, sino por la forma magistral de contarla. La he disfrutado de principio a fin.

Una de las cosas que más me ha impactado ha sido el tratamiento de los personajes. El escritor ha sabido darles tal relieve y tal profundidad, sobre todo a los tres patriarcas, abuelo, hijo y nieto, que consigue que se conviertan en personas cercanas, creíbles y totalmente reales. La forma de expresarse, el caracter tan coherente de cada uno de ellos, las voces propias con las que nos hablan, siendo tan parecidos y a la vez tan diferentes, da muestra de la maestría de este autor a la hora de saber desarrollar la personalidad de cada uno de ellos. Es el más joven, el nieto del fundador de la hermandad, el encargado de contarnos la historia; a través de sus ojos vemos a los demás protagonistas, sus vidas y sus andanzas. Él nos narra cómo su abuelo, Álvaro de Bayos, leonés, llega con los ejércitos castellanos a Granada y, buen conocedor de la nieve, queda hechizado por la belleza y la riqueza que es capaz de ver en Sierra Nevada. Con una voz pausada, tranquila y rica, nos transmite la ambición, la fuerza y el empuje de un hombre curtido en la vida que ve la oportunidad de progresar a su alcance y no duda en agarrarla de los pelos con firmeza y tesón. En la segunda generación, nos cuenta la vida de su padre y nos transmite el temperamento de este, con la fortaleza de una roca, necesaria para tomar decisiones firmes y consecuentes, que conllevan la necesidad de anteponer el bien común a la felicidad y el deseo propios. El autor sabe tratar a este protagonista, en realidad el central de la obra, con la cercanía y el respeto que siente el hijo por su padre, y es capaz de transmitírnoslo y de convertirlo en alguien que permanece en toda la novela con la solidez de su carácter. El tercero de la saga, quien nos cuenta la historia, es tratado con la habitual benevolencia de quien se trata a sí mismo, lo que aún hace más creíble, no ya a los personajes, sino a toda la novela, y así consigue que nos involucremos en ella con facilidad.

El resto de los interlocutores que acompañan a los tres neveros queda más desdibujado, pero aun así, el autor es capaz de dotar a cada uno de ellos de una naturaleza propia, intensa en algunos casos, pero siempre muy alejada de la calidad y los matices de los tres protagonistas. Caso especial es el tratamiento que da a cierta figura femenina, que sin aparecer más que en contadas ocasiones consigue que su influencia perdure en toda la novela.

Como ya se ha comentado en la sinopsis, la historia nos narra el asentamiento en Granada de un leonés desplazado con el ejército castellano. Y al desarrollar todo este proceso nos introduce de una forma magistral en la Granada de la conquista, en cómo vivían sus habitantes, cómo se relacionaban en aquellos años convulsos las tres religiones. Con increíble maestría nos pinta un lienzo sobrecogedor, frio, duro y arisco. Una tierra de frontera, con conquistados y conquistadores que intentan convivir, y en la que se mezcla ambición, amor, pasión, odio y resentimiento de la misma manera que se enlazan en la vida de cualquier persona. Porque el autor consigue transmitirnos eso, que son personas reales, con sus esperanzas y sus ilusiones, con sus ambiciones y sus despechos, que están en un momento dado en un lugar determinado y obran en consecuencia. Es una de las grandes bazas de esta novela, su gran credibilidad, su verosimilitud. Nada rechina, o al menos, a mí no me lo ha hecho. Si hay alguna errata documental, no he sido capaz de verla, pero tampoco creo que me importase demasiado.

Uno de los grandes temas que desarrolla es el del pragmatismo y la fidelidad a una forma de vida, la necesidad de unir fuerzas para conservar la supervivencia del pequeño clan dentro de la vorágine que supone un momento convulso de la historia que les toca vivir. Y lo trata con maestría consiguiendo que,  en realidad, la verdadera protagonista sea esa hermandad que da nombre a la novela, y sobre todo, la nieve, a la que es capaz de llamar de tantos y tan bellos apelativos diferentes según sean sus características.

Y, llegados a este punto, pasamos a hablar de la forma en la que está escrita. Esto es sin duda el gran valor de esta novela. José Vicente Pascual hace gala de una prosa rica, fluida y preciosista, muy cuidada, que viene acompañada de una gran riqueza de vocabulario. Este punto tan importante es algo básico, pues sabe introducirnos con destreza en el ambiente a través de unos modismos y un lenguaje que nos transporta con verdadera facilidad a las postrimerías del siglo XVI y nos integra en la historia desde el principio. El autor utiliza arcaísmos y modismos, algo habitualmente tan complejo de tratar por la dificultad que entraña reproducir el castellano de esa época sin fatigar al lector, de una forma muy adecuada. Al principio se nota más, pero conforme avanza la lectura, te familiarizas rápidamente con el vocabulario y al final de las páginas es algo que ha conseguido pasar desapercibido. No fatiga, al revés, enriquece mucho la obra. Con un estilo muy fluido, sabe darle a cada actor su voz propia, pero el exceso de narración en detrimento de los diálogos le resta un poco la fuerza que estos podrían tener. Es algo lógico, al ser una narración en primera persona, que esta prime sobre las conversaciones. Aquí está todo muy bien llevado. Quizá, para un lector habituado a narraciones con más acción, de ritmo más trepidante y de estilo más sencillo, esta novela resulte un poco farragosa, lenta y costosa de leer. Pero para alguien habituado al lenguaje de la época y que disfruta de las historias de la gente sencilla va a ser todo un descubrimiento.

Ojo, no quiero decir con esto que la novela sea aburrida, todo lo contrario. Es una novela activa, sin descripciones excesivas, sin circunloquios, con acción, muertes, refriegas, venganzas, luchas de poder y momentos de gran dramatismo. Pero todo ello contado con un ritmo pausado, muy adecuado al clima de la novela y de la zona, y a la personalidad densa y firme que el autor sabe transmitirnos de sus personajes.

Yo la recomendaría a un público maduro, muy lector, aficionado a las buenas historias bien contadas, historias de personas y de lugares más que de hechos históricos, capaces de apreciar la literatura con mayúsculas. 

Valoración literaria: 9

Sobre el autor
José Vicente Pascual (Madrid, 1956), es novelista y colaborador habitual en prensa. Ha publicado varios libros de relatos, adaptaciones de narrativa para jóvenes lectores y guiones teatrales. Entre sus novelas destacan La montaña de Taishán (premio Azorín, 1989), El capitán de plomo (premio Café Gijón, 1993), Palermo del cuchillo (premio Alfonso XIII, 1995), Juan Latino (1998), El país de Abel (finalista del premio nacional de la crítica, 2002), La diosa de barro (2006), Homero y los reinos del mar (publicada con el heterónimo de José Ferrer González, finalista en el premio de novela histórica Caja Granada, 2009), y Los fantasmas del Retiro (2011).
La Hermandad de la Nieve es su última obra de narrativa histórica.



jueves, 3 de enero de 2013

Homenaje a J.R.R. Tolkien


Si el otro día era el aniversario de Kypling, hoy lo es de otro de los grandes escritores que ha marcado mi vida, J.R.R. Tolkien. Lo descubrí hace treinta y cinco años, y no puede leerlo, por no estar a mi alcance su traducción hasta hace 30 años, cuando le regalé a mi hermana las primeras ediciones de El Señor de los Anillos y El Hobbit.


Pero hoy no voy a hacer una reseña, ni un comentario, ni nada parecido. Al igual que con Kypling, solo quiero compartir este maravilloso poema que hoy cobra un valor especial.

Hoy, a principios de año, el camino se nos despliega desde la puerta.

El camino sigue y sigue
desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos,
y si es posible he de seguirlo
recorriéndolo con pie decidido
hasta llegar a un camino más ancho
donde se encuentran senderos y cursos.
¿Y de ahí adónde iré? No podría decirlo

El camino sigue y sigue
desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos,
y si es posible he de seguirlo
recorriéndolo con pie fatigado
hasta llegar a un camino más ancho
donde se encuentran senderos y cursos.
¿Y de ahí adónde iré? No podría decirlo

El camino sigue y sigue
desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos,
y que otros lo sigan si pueden.
Que ellos emprendan un nuevo viaje,
pero yo al fin con pies fatigados
me volveré a la taberna iluminada,
al encuentro del sueño y el reposo.”

El camino sigue y sigue
desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos,
aún detrás del recodo, quizá todavía,
un camino nuevo o una puerta secreta esperen;
y, aunque a menudo pasé sin detenerme,
al fin llegará un día en que iré caminado
por esos senderos escondidos
que corren al oeste de la luna, al este del sol