Ya ha pasado un año. En este tiempo muchas cosas en mi vida han cambiado; un montón, a todos los niveles, pero no es de eso de lo que vengo a hablar. Hoy es el primer cumpleaños de mi criatura, mi blog.
Lo abrí hace un año por estas fechas, después de que el primero desapareciera en los abismos del Google, no se sabe bien porqué. Quiero considerar aquello una experiencia piloto, un ensayo para este, que es el que ha perdurado en el tiempo, aunque a veces no le haga mucho caso y las entradas hayan sido menos de las pensadas inicialmente. Eso sí, las visitas han sido más. Muchísimas más de las que nunca pensé en tener.
Si contamos que en este periodo han sido unas 33.000, aproximadamente, y se han publicado 30 entradas, sale una media de 1100 visitas por entrada. Algo increíble, la verdad. Un estímulo y un orgullo, por qué no decirlo.
Reconozco que estos últimos tiempos lo he tenido muy abandonado, por diversas circunstancias. Saber que estáis ahí me obliga a ponerme las pilas. Espero conseguir la meta que me marqué: una entrada a la semana.
En ellas seguiremos hablando de lo que me gusta, de aquello para lo que nació el blog: libros y mitos. Obras que quiero compartir con vosotros y relatos de las antiguas religiones que me apetece contaros.
Espero que todos, esas 35 personas fijas que me acompañáis en esta andadura y también los miles de visitantes ocasionales, os sintáis recompensados en vuestras visitas. Yo haré lo que esté en mis manos para cubrir las expectativas y, si se puede, un poquito más que eso.
Gracias por estar ahí. J
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